Durante la sesión plenaria de ayer, se votó en el Parlament una moción presentada por ERC que, en uno de sus puntos, solicitaba requerir al Gobierno de España la transferencia de las competencias de la formación sanitaria especializada (MIR). Una iniciativa parlamentaria que salió adelante con los votos favorables de PSC-Units, Junts, Comuns, CUP y AC, además del grupo proponente.
Más cesiones
Esta nueva exigencia podría sumarse al resto de cesiones ya consumadas en dos años de legislatura: el traspaso parcial de Rodalies, la delegación de competencias en inmigración, la condonación de la deuda, el concierto económico, la reforma del Código Penal y la amnistía.
El objetivo que esconde esta moción es la imposición de un nivel B2 de catalán a todos los aspirantes, ya que con esta delegación de competencias la elaboración y evaluación de la prueba de acceso a los programas de especialidades recaería sobre la Generalitat. “Una garantía para respetar los derechos lingüísticos de los usuarios”, señalan desde filas republicanas.
70% de plazas de medicina reservadas
Escudándose en el Pacte Nacional per la Llengua, también ha salido adelante la exigencia de que este dominio medio de la lengua catalana se actualice a muy avanzado en cuestión de un año de recorrido profesional. A quienes ya cuenten con esa experiencia se les obligará a poseer un nivel C1.
Paralelamente, y en esta ocasión con el voto desfavorable de los socialistas, no salió adelante el punto de la moción que pretendía reservar un 70 % de las plazas universitarias de Medicina a estudiantes que hubieran cursado su formación secundaria en institutos catalanes. La votación se resolvió con el rechazo de PSC-Units, PPC y Vox, que se impusieron 68 a 67 a Junts, Comuns, CUP y ERC.