La realidad supera la ficción. Iván Chirivella, el comandante del vuelo que expulsó en una decisión muy controvertida, –de acuerdo con el testimonio de los afectados y de otros pasajeros independientes presentes en el vuelo– a un grupo de jóvenes judíos, entreno a dos de los pilotos que cometieron el acto terrorista del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas. La coincidencia ha dado alas a la polémica.
Esta revelación ha dado mayor relevancia al ya polémico caso. Los hechos se sucedieron el 23 de julio, cuando Vueling recurrió a la Guardia Civil para que desalojaran de uno de sus vuelos a 50 niños judíos de origen francés. De acuerdo con el relato de la compañía, los jóvenes -de entre 10 y 15 años- habrían tenido un comportamiento profundamente errático, interrumpiendo constantemente las explicaciones de seguridad del personal y manipulando equipo protegido como los chalecos salvavidas o las máscaras de oxígeno.
Los testigos, sin embargo, contradicen el relato. No solo los afectados niegan los hechos que se les imputan, sino que incluso otros pasajeros de la embarcación, independientes y sin ningún tipo de relación con el grupo -ni su adscripción religiosa- afirman que en ningún momento se produjo ese comportamiento. Pese a la obstinación de determinados sectores de defender a Vueling, los indicios de momento más objetivos les dejan en muy mal lugar.
¿Los patriotas estarán con Vueling?¿los de la Ley y orden con la seguridad aérea?, ¿los xenófobos estarán con la compañía española? ¿o todos juntos haciendo piña estarán con los niñatos Israelis? https://t.co/b6Y1rjfVTh
— Oscar Puente (@oscar_puente_) July 25, 2025
De acuerdo con la versión de los jóvenes -refrendada, repito, por pasajeros independientes del vuelo- el grupo se encontraba en un ambiente de festividad por estar volviendo a casa tras un viaje de colonias. Antes del inicio del vuelo, los niños entonaron canciones en hebreo para pasar el rato a la espera del despegue. Cuando se les pidió que cesaran para dar paso a las explicaciones del equipo de seguridad, callaron, a excepción de un joven aún algo excitado, pero que en ningún caso representaba el comportamiento general ni mucho menos una amenaza. Se afirma a su vez que escucharon comentarios vejatorios sobre la identidad religiosa del grupo, y que el personal, al identificarlos como judíos, había dicho en algún momento «Israel is a terrorist state», generando un ambiente de tensión y desprecio.
Como TVE, pero un día después, el ministro de Transporte de España trata a los chicos franceses judíos expulsados violentamente (en circunstancias por los menos confusas) del vuelo de Vueling de “israelíes” y “niñatos”. No es ignorancia, hay un patrón de conducta. https://t.co/MOGQqmBXBh pic.twitter.com/qiam9Zorkk
— Alejo Schapire⚡️ (@aschapire) July 25, 2025
Chirivella llamó entonces a la Guardia Civil, aduciendo comportamientos incívicos y pidiendo el desalojo. Las autoridades se personaron y cumplieron, esposando -no sin dosis de violencia- a la responsable del grupo. Se exigió a su vez a todos los jóvenes borrar los vídeos de sus teléfonos…
La repercusión global ha sido brutal. medios israelíes y americanos se han hecho eco del caso. Los antecedentes de Chirivella, que ya en su día redactó un libro sobre su experiencia, no ayudan. El hombre entrenó sin saberlo a dos de los terroristas del 11S en una academia de vuelo privada donde daba clases. Sumado al tono beligerante del Gobierno de España, el episodio está generando un daño considerable a nuestra imagen a nivel internacional, ya algo damnificada.
