El 35% del electorado socialista considera que Pedro Sánchez debería dimitir. Así lo revela la encuesta de Sociométrica para El Español. A nivel general la cifra, por supuesto, empeora, con el 69 % de los ciudadanos pidiendo que Sánchez abandone el cargo. Podrán vestirse de los mítines y relatos de la prensa afín que consideren oportunos, pero Koldo y el resto de escándalos pasan factura.
El malestar interno es especialmente llamativo. Tras años de aparente impermeabilidad para con sus cuadras más militantes, la confianza empieza a erosionarse. Que uno de cada tres votantes socialistas considere que Sánchez debería dimitir pone incluso en entredicho su liderazgo dentro del partido, más ahora que se oyen, lejanas, sutiles pero presentes, voces de renovación. Su mayor aliado es ahora mismo la oposición que, incapaz de proyectar una imagen de seriedad institucional o capacidad ejecutiva, da oxígeno a Sánchez en un contexto que habría amortizado a cualquier otro líder occidental.

¿La cifra más preocupante para el socialismo? Casi un 65% de sus votantes suscribe una convocatoria electoral. Disolver las cortes e ir a elecciones. Algunos con el convencimiento de poder ganar. Otros no tanto.
Existen más encuestas. El barómetro del Instituto DYM para 20minutos dibuja un escenario peor, con un 37,3 % de los votantes del PSOE apoyando la dimisión del presidente. El núcleo duro de votantes -fanáticos- mantiene el respaldo, sí, pero la fisura interna es manifiesta.
La cuestión ahora es si este desgaste acabará traduciéndose en movimientos internos dentro del partido, que parece ahora mismo la única opción con solvencia -que no más probable-. Sí depende de la oposición en el Congreso, sea por parte de populares o Vox, esta legislatura se agota hasta el último minuto.