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Trump defiende Ucrania; Starmer lo elogia. Sánchez, excluido

Trump defiende Ucrania; Starmer lo elogia. Sánchez, excluido
La OTAN margina a Sánchez

Trump luce patriotismo occidental y Sánchez se queda en la mesa de los niños. Así se resume la crónica de ayer. A dos días de la cumbre en Alaska entre Trump y Putin, los poderes de la UE celebraron con el mandatario americano una videoconferencia para establecer los posicionamientos de los principales actores internacionales. Trump dejó claro un punto fundamental: no discutirá cesiones territoriales de Ucrania con Moscú, esa competencia es exclusiva del presidente Zelenski. «Solo Ucrania puede decidir sobre su integridad territorial”, resume Macron.

El encuentro se desarrolló en una atípica buena sintonía. Occidente tiene esa manía de entenderse solo cuando resucitan sus enemigos. Keir Starmer -primer ministro británico-, incluso quiso estrechar lazos con Trump. El romance entre angloparlantes empezó a finales de febrero, cuando en la visita de Starmer a Washington, Trump alabó su «precioso acento». En esta ocasión, el británico ha afirmado que “respeta” al republicano y que ambos comparten “valores familiares”. Todo muy bonito.

La jornada nos deja a su vez un mal sabor de boca a quiénes compartios nacionalidad con Pedro Sánchez, y es que el encuentro pone de nuevo en evidencia la paupérrima posición de España en el tablero. Pedro Sánchez quedó excluido -entiendo la frustración y las ganas de no admitirlo, pero es así- de las dos reuniones iniciales de alto nivel, que contaron con Trump, Zelenski y los líderes europeos más influyentes. Nuestra presencia como la quinta economía del Euro -de momento- se limitó a la tercera y última videoconferencia del día, en el marco de la llamada “Coalición de Voluntarios”, un foro de unos treinta países centrado en coordinar ayuda militar para Ucrania. Aunque algo relevante, el encuentro careció del peso político de las citas previas. Las constantes negativas de Sánchez a tomar resposnabilidad financiera en la OTAN y los acercamientos a la dictadura china pese las advertencias de nuestros socios explican, en parte, el ostracismo.

El mensaje que sale de Europa y de Washington es conjunto e inequívoco: no habrá paz duradera sin la preservación de las fronteras reconocidas internacionalmente de Ucrania.

Guillem Espaulella
Guillem Espaulella
Politòleg per la Universitat Pompeu Fabra.

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