Trump no es amigo de las medias tintas. El Gobierno Federal de EE.UU. despliega 3 destructores Aegis con cerca de 4000 marines en aguas próximas al mar venezolano. Las embarcaciones cuentan a su vez con armamento militar avanzado y misiles guiados. Su objetivo, apunta la Casa Blanca, forma parte de la estrategia estadounidense contra el narcotráfico en el Caribe, del cuál respansabilizan a Maduro como unos de sus principales cabecillas.
🇺🇸🇻🇪‼️ | URGENTE — Portavoz de Trump sobre los 3 destructores desplegados cerca de Venezuela: “Maduro no es presidente legítimo, es un fugitivo y jefe de un cartel narco-terrorista acusado en EE.UU. de traficar drogas. Trump está preparado para usar todo el poder americano para… pic.twitter.com/BLSXb4p90X
— UHN Plus (@UHN_Plus) August 19, 2025
Desde Washington, el tono es categórico. El Departamento de Justicia ha elevado hasta los 50 millones de dólares la recompensa por la captura de Maduro, al que niegan la condición de presidente y categorizan de narcoterrorista como líder del Cártel de los Soles. La operación militar y las acciones judiciales son dos caras de una misma política: presión máxima contra el régimen bolivariano.
El despliegue de los buques se complementa con submarinos de ataque, aviones de reconocimiento y un importante contingente de marines. Se trata de una de las mayores operaciones navales en el Caribe en décadas. Esta ofensiva se suma también a la incautación de propiedades que los americanos ejercieron hace escasos días contra el dictador, confiscando un patrimonio parcial valorado en más de 700 millones de dólares estadounidenses.
El gobierno venezolano, claro, denuncia la maniobra como una «provocación imperialista» y anuncia la movilización de más de cuatro millones de milicianos de la Milicia Nacional Bolivariana para “defender la soberanía”.
El enfrentamiento escala ya a nivel militar en un contexto de implacable aislamiento internacional del chavismo. ¿Nos sorprenderá Trump con otro triunfo a través de prácticas «poco ortodoxas»?