Seguimos acumulando récords. El precio de la vivienda en España se ha disparado un 12,7 % interanual en el segundo trimestre de 2025, según los últimos datos del INE. Se trata de la mayor subida registrada en 18 años desde la burbuja inmobiliaria. La vivienda de segunda mano se lleva la palma, con incrementos de hasta dos dígitos y en máximos históricos, un 12,8 %, concretamente.
El #precio de la #vivienda subió un 12,7% en tasa interanual en el T2-2025.
— Donald 📊📈📰 (@donald_dpm) September 5, 2025
Es su mayor aumento en más de 18 años (desde T1-2007)
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Lleva 41 trimestres al alza#INE pic.twitter.com/p5sk88zr1Z
La tendencia de subida dura ya 41 trimestres consecutivos pese -o en consecuencia- a las medidas impulsadas por el Gobierno para contener los precios, como la declaración de zonas tensionadas o los límites al alquiler.
El alza se da en toda España: todas las comunidades autónomas registranaumentos superiores al 10 %, con Murcia -14,6 %-, Aragón y La Rioja -13,7 %- a la cabeza. Cataluña supera el 11 %.
La diágnosis se percibe clara, las políticas basadas en la intervención del mercado han resultado deficientes e incluso contraproducentes. El control de rentas en determinadas ciudades ha reducido la oferta de pisos de larga duración, al derivarse hacia el alquiler temporal o directamente salir del mercado y desincentivar la construcción. Asimismo, la inseguridad jurídica y la lentitud en la construcción de vivienda pública mantienen la presión sobre los precios.
Pese a los manifiestos efecos de la legislación socialista, también deben consdierarse factores externos que han intensificado la escalada: la caída de los tipos de interés ha abaratado la financiación hipotecaria, atrayendo nueva demanda; el atractivo de la vivienda como inversión segura sigue al alza; y la oferta estructural de vivienda -es decir, el número de suelo construido- asequible continúa siendo reducida, apenas un 3 % del parque frente al 15-20 % de países europeos.
Para resumir. En el mejor de los casos, las medidas de contención del Gobierno se han demorado inocuas; ni ayudan ni perjudican, pues el precio sigue en dinámicas de aumento. En el peor -y algo más documentado- no solo no han ayudado, sino que han agravado un problema estructural del país.