Pablo Iglesias, exvicepresidente del Gobierno y fundador de Podemos, abandona el ensalzamiento de la escuela pública en la práctica y llevará a sus tres hijos a un centro de titularidad privada.
La relación de amor-odio de los Iglesias Montero con la privada
Quien señalara en la Cadena SER en 2022 que los colegios privados “no admiten a niños con pocos recursos”, abonará mensualmente 1.500 euros (15.000 anuales) por la escolarización de sus hijos. En aquel momento, además, Iglesias acusó a los progenitores que se inclinaban por la privada de “padres que no quieren que sus hijos se junten con gitanos, ecuatorianos y marroquíes”.
Una incosistencia argumental que ya pasó factura a su pareja, Irene Montero, ex ministra de Igualdad y actual líder en la sombra de UP, durante la campaña de las europeas en 2024. La entonces candidata al Parlamento Europeo afirmó en un vídeo electoral que “es como es por venir de una familia trabajadora y por los colegios en los que estudió”. Minutos más tarde, se reveló que Montero había estudiado en el Siglo XXI de Moratalaz, un centro concertado.
Estupefacción
Finalmente, Podemos pudo resurgir de las cenizas obteniendo representación y el vídeo, más allá de mostrar aristas morales e ideológicas, no trascendió. La institución educativa se halla en una ubicación privilegiada de Las Rozas y se define como “un centro privado, laico e independiente, gestionado por una cooperativa de docentes con más de 40 años de experiencia”.
La presencia de Montero e Iglesias, antiguos acérrimos de la escuela pública, ha causado una enorme estupefacción entre el resto de progenitores presentes en las inmediaciones del colegio.
