En Nepal estalló una crisis política y social sin precedentes. Las protestas comenzaron tras la decisión del Ejecutivo de bloquear redes sociales como Facebook, YouTube y X.
Una vida holgada, en contraste con la de la ciudadanía
El gobierno lo justificó como una medida preventiva para proteger la seguridad nacional. Sin embargo, diversas fuentes apuntan a que el verdadero objetivo era frenar la difusión de imágenes que mostraban el lujoso estilo de vida de los mandatarios frente a la pobreza generalizada de la ciudadanía.
La censura generó un efecto contrario: decenas de miles de ciudadanos, principalmente jóvenes urbanos, salieron a las calles de Katmandú, Pokhara y Biratnagar para exigir la dimisión del gobierno. Los disturbios derivaron en enfrentamientos violentos con la policía, que empleó munición real y gases lacrimógenos.
80 asesinados en 5 días
Organizaciones locales cifran en más de 80 los muertos y cerca de 1.200 los heridos en cinco días. Edificios públicos fueron incendiados y varias residencias de dirigentes políticos resultaron saqueadas. Ante el colapso institucional, el primer ministro K. P. Sharma Oli presentó su renuncia de forma inmediata. Diversos miembros de su gabinete fueron evacuados en helicópteros militares desde el helipuerto de Singha Durbar hacia bases seguras en el oeste del país, según fuentes del Ejército nepalí.
La presidencia ha decretado el estado de emergencia y suspendido temporalmente el Parlamento. Las fronteras con India y China se mantienen abiertas pero bajo estricta vigilancia. La ONU ha instado a todas las partes a entablar un diálogo urgente para restaurar la gobernabilidad y frenar la escalada de violencia.