Momentos muy delicados para la libertad y el derecho a la privacidad en Europa. Bajo el pretexto de «combatir el abuso sexual infantil en línea», la Comisión Europea pretende impuslar un nuevo reglamento que permitiría analizar mensajes, imágenes y vídeos privados de millones de ciudadanos antes de ser cifrados. “Chat Control”, así se llama el programario que acabaría con la mayor variable de privacidad en la mensajería moderna.
The EU is poised to enact a digital dictatorship in the name of child protection. On October 14th, the EU Council votes on the so-called "Chat Control" proposal, and its implications are nothing short of totalitarian.
— Camus (@newstart_2024) October 9, 2025
As Alice Weidel powerfully argues, this regulation is not… pic.twitter.com/1MZKLPT3w7
Alice Weidel, líder de Alternativa por Alemania, se ha erigido como una de las voces más contundentes contrta las pretensiones de la UE: califica el proyecto de “absolutamente totalitario” y señala que supone la abolición real de la privacidad digital. Su crítica se sustena en los informes técnicos de la propia Comisión; no se pueden escanear comunicaciones cifradas sin anular la privacidad de todos los usuarios. Añadido a la capacidad computacional de la IA para leer, categorizar y resumir millones de chats en segundos, la idea parece poco alentadora.
¿Puede justificarse el fin del secreto digital en nombre de la seguridad? Con su implementación, la medida elimina de un plumazo la privacdidad de nuestra mensajería respecto los órganos gubernamentales; puede leerse todo sin programarios externos ni permisos especiales.
Si se aprueba tal como está, Europa inaugurará el fin de la intimidad, convirtiéndola en un derecho condicionado: una infraestructura de una vigilancia y moritoneo de la que no podremos regresar.