Limak ganó la licitación del Camp Nou pese a ser la peor valorada por los técnicos del Barça

El club modificó los criterios y elevó la puntuación de la constructora turca, que necesitaba 200 millones para arrancar las obras y ya acumula retrasos

Vista exterior del Camp Nou en obras.
Vista exterior del Camp Nou en obras.

La constructora turca Limak se adjudicó las obras del nuevo Camp Nou a pesar de haber sido la peor puntuada por los técnicos del FC Barcelona en el proceso de licitación. El club acabó otorgándole el contrato tras modificar los criterios de valoración y priorizar factores como la financiación y el calendario de entrega, por encima del informe técnico original. Así lo ha destapado este lunes el programa Què t’hi jugues de la Cadena Ser en Cataluña.

Según este programa, el informe emitido en diciembre de 2022 situaba a Limak en último lugar, debido a su falta de respuestas técnicas precisas, a un calendario poco realista y a la necesidad de disponer de unos 200 millones de eurospara poder iniciar las obras. Otras empresas participantes requerían apenas una fracción de esa cantidad.

Pese a esa valoración, dos días después los responsables del proyecto Espai Barça elevaron la puntuación de Limak hasta 74 puntos, frente a los 58 de Ferrovial y los 40 de FCC. La clave estuvo en el apartado “cumplimiento del cronograma”, donde Limak pasó a obtener la máxima puntuación, lo que cambió por completo la clasificación final.

El Barça justifica la decisión señalando que el informe técnico tenía carácter consultivo y no vinculante, y que la elección final correspondía a la dirección del Espai Barça.

Retrasos y penalizaciones sin aplicar

El calendario prometido por Limak no se ha cumplido. Aunque el contrato incluye cláusulas de penalización por retrasos, estas no se han aplicado todavía, ya que las sanciones pueden computarse hasta la entrega final del estadio, prevista para el 1 de julio de 2026.

El retraso acumulado supera ya los 317 días, y el contrato permite la rescisión si las penalizaciones alcanzan el 10 % del presupuesto, unos 96 millones de euros. Desde el club atribuyen las demoras a factores externos como la falta de materiales, escasez de mano de obra y dificultades logísticas.

Cambios en la UTE y obras reasignadas

Otro punto polémico es que, tras adjudicarse el concurso, Limak firmó el contrato en solitario, pese a que en la propuesta original figuraban las empresas Vopi4 y Ghesa como parte de la UTE (Unión Temporal de Empresas). Además, algunas de las obras más sensibles, como el vestuario del primer equipo, han sido encargadas a contratistas distintos, reduciendo el control directo de Limak sobre el proyecto.

La adjudicación del Camp Nou a la constructora turca se ha convertido así en uno de los capítulos más controvertidos del Espai Barça, entre retrasos, cambios de criterio y opacidad en la toma de decisiones.

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