La influencer Marina Yers ha generado debate en redes sociales tras conocerse su posible conversión al islam.
Polémicas
La joven influencer de origen ucraniano-español se ha hecho viral en múltiples ocasiones por sus declaraciones controvertidas. Entre ellas, afirmó que el agua mineral deshidrata, negó la existencia del covid durante la pandemia, y, hasta 2023, mantuvo activa una cuenta en OnlyFans.
En 2024, tras un período alejada de las redes sociales, reapareció y reconoció en una entrevista que sufrió «tres brotes psicóticos y dos hospitalizaciones» después de consumir marihuana y otras sustancias alucinógenas.
«Cuando salí después de estar seis meses en el hospital psiquiátrico me dieron el móvil y me di cuenta de que la industria, incluso a los que les había abierto las puertas de mi casa… desaparecieron. Ninguno me preguntó cómo estaba ni qué me había pasado. Algunos incluso se alegraron», explicó.
Cambios en su vida
Después de esa experiencia, la vida de Marina dio un giro radical. Terminó la relación con su pareja, se mudó a Bali, donde actualmente reside y donde afirma haberse convertido al islam.
Tras anunciar su conversión al Islam recicbió miles de comentarios de odio, desde entonces, ha tratado de mantenerlo más reservado: “Desde que abracé el islam, me he sentido desconectada de mi audiencia. A la gente le encantaba mi música, mis bailes y cierto tipo de entretenimiento. Pero en el momento en que me puse el hiyab por primera vez… ¿sabes qué pasó? Acabé saliendo en las noticias”, ha comentado.
Nueva cuenta
A pesar de las críticas, ha decidido crear un nuevo perfil bajo un nombre diferente, donde comparte contenido en inglés sobre su supuesta conversión. Su nueva cuenta, @nurcutr, está activa desde marzo, mes en el que comenzó a publicar vídeos.
En su primera publicación, afirma que hace dos años se convirtió al islam, y ha notado un cambio en su vestimenta. Por lo que ha decidido regalar su ropa más atrevida para empezar a vestir de manera más recatada durante el último año.
Vídeos
En uno de los vídeos publicados en su nueva cuenta, donde generalmente aparece luciendo hiyab (velo que cubre la cabeza y el cuello), explica que solo se cubre cuando sale de casa sin su marido.
En su último vídeo, que ya supera las 100.000 visualizaciones, admite sentirse «totalmente desconectada de mi audiencia», aunque continúa publicando en su perfil habitual. “Quiero que la gente entienda que la fe no es debilidad, es fortaleza. Elegir a Dios no te hace una loca, te hace libre. Y si eres una mujer musulmana que alguna vez se ha sentido atacada, ignorada o silenciada por sus valores, créeme, te veo y estoy contigo. Esta soy yo eligiendo volver a hablar quizá en un nuevo idioma, quizá para una nueva audiencia. Y si sigues aquí, quizá tú seas la persona a la que rezo por encontrar”, afirma.
El cambio radical de Marina Yers no solo se refleja en su apariencia o creencias, sino en la manera en que enfrenta la vida y su relación con su audiencia. Su historia invita a reflexionar sobre la complejidad de las transformaciones personales en la era digital.