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Un encuentro con el Papa: la emoción de llevar a Javier al corazón de la Iglesia

El Papa nos escuchó con atención, agradeció el trabajo realizado y nos animó a seguir compartiendo el mensaje de Javier, recordándonos que la santidad cotidiana es la más fecunda y la que sostiene a la Iglesia.

Jordi Bosch saluda al Papa León XIV
Jordi Bosch saluda al Papa León XIV

Un encuentro con el Papa. Hay momentos que trascienden el tiempo y las palabras.

Instantes que se convierten en oración silenciosa, en gratitud pura. El pasado miércoles 22 de octubre de 2025, tuve el privilegio, junto al equipo del documental Solo Javier, de participar en una audiencia con el Santo Padre León XIV en el Vaticano. Fue una mañana de fe y emoción, de comunión y memoria viva, en la que sentimos que el testimonio de Javier Sartorius entraba en el corazón mismo de la Iglesia.

La plaza de San Pedro amaneció llena de peregrinos, banderas, cantos y oraciones. Nosotros esperábamos con humildad, llevando en el corazón el fruto de años de trabajo y esperanza: la historia de Javier, un hombre que vivió el Evangelio con alegría radical, en lo sencillo y en lo cotidiano. No había cámaras ni alfombras, sino algo más profundo: el deseo de ofrecer al Papa el testimonio de una vida que sigue iluminando a miles de personas.

Durante la audiencia, el cielo de Roma se cubrió de nubes y comenzó a caer una lluvia fina, mansa, casi litúrgica. Nadie se movió. El Papa siguió hablando con serenidad, mientras las gotas caían como una caricia del cielo. Aquella lluvia no molestaba: envolvía. Era una presencia. Muchos, como yo, la sentimos como un signo de Dios, una gracia derramada sobre nosotros, como si el cielo quisiera participar en aquel encuentro.

Recordé entonces las palabras del profeta Oseas: “Yo seré para Israel como el rocío; florecerá como el lirio y echará sus raíces como el cedro del Líbano.”

Sí, aquella lluvia tenía el aroma del rocío de Dios, que fecunda la tierra y renueva los corazones.

Dos regalos con alma

Cuando llegó nuestro turno, nos acercamos al Santo Padre con emoción contenida. Llevábamos dos obsequios cargados de significado: una pelota de tenis con el logotipo de Solo Javier —símbolo de la vitalidad y la alegría que definían a Javier— y una talla de la Virgen de Lord, la Mare de Déu de Lord, una imagen milenaria venerada en el santuario del mismo nombre, en los Pirineos catalanes.

Ambos objetos habían sido bendecidos previamente, como gesto de devoción y gratitud. La pelota representaba la pasión de Javier por la vida, su espíritu deportivo, su manera de unir cuerpo y alma, esfuerzo y gracia. La Virgen simbolizaba su confianza absoluta en María, su refugio y su guía espiritual.

El Papa tomó la pelota entre sus manos y la observó con una sonrisa amplia y luminosa.

Luego acarició con ternura la talla de la Virgen de Lord, posando su mano sobre el manto de la Madre de Dios. No la bendijo —ya lo estaba—, pero su gesto fue un acto de veneración y cariño, un reconocimiento silencioso de la fe mariana que sostiene a los hombres y mujeres de la Iglesia. Aquel roce leve, aquella caricia, fue en sí misma una oración.

Del corazón de Cataluña al corazón de la Iglesia

Como presidente de la Asociación Javier Sartorius, aquel momento fue un regalo inmenso. Solo Javier nació hace 2 años con una intuición clara: mostrar la belleza de una vida entregada a Dios desde lo cotidiano. Con un presupuesto final de 275.000 euros y más de 25.000 espectadores en España, el documental ha superado nuestras expectativas. No es solo una obra cinematográfica: es una experiencia espiritual, un espacio de encuentro donde muchos redescubren la fe, la esperanza y el valor de la santidad laical.

El president de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, ya había tenido la iniciativa, unas semanas antes , de regalar al Santo Padre el libro y el DVD del documental en una visita oficial al Vaticano. Ese gesto marcó el inicio de un diálogo providencial entre cultura, fe y sociedad. Nuestra visita de octubre fue la continuación natural de aquel detalle: llevar físicamente la historia de Javier ante el sucesor de Pedro.

El Papa nos escuchó con atención, agradeció el trabajo realizado y nos animó a seguir compartiendo el mensaje de Javier, recordándonos que la santidad cotidiana es la más fecunda y la que sostiene a la Iglesia.

Una misión que continúa

Solo Javier seguirá su camino. Ahora la película inicia su recorrido internacional, con estrenos previstos en Perú, México, Francia, Italia, Portugal y Argentina, y próximamente en otros países. En cada proyección, en cada encuentro, sentimos que la figura de Javier sigue viva, que su alegría sigue siendo testimonio, que su fe sigue generando comunión.

El  miércoles comprendí que Javier Sartorius pertenece ya al alma de la Iglesia, no solo por su historia, sino por lo que su vida despierta: una llamada a la santidad posible, a la alegría sencilla, a la fe vivida en lo pequeño.

Y mientras nos alejábamos de la plaza, con el sonido de las campanas de fondo, di gracias a Dios por la lluvia, por la Virgen de Lord, por el Papa, y por Javier.

Porque todo en aquel día hablaba del mismo misterio: Dios sigue derramando su gracia en silencio, como una lluvia mansa que empapa la tierra y hace germinar la fe.

Jordi Bosch Codina (Presidente de la Asociación Javier Sartorius)

Roma, octubre de 2025

Jordi Bosch Codina
Jordi Bosch Codina
Presidente Asociación Javier Sartorius

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