Un suero de ácidos grasos regenera pelo en 20 días (ratones) — La fórmula activa células madre vía lipólisis en tejido adiposo cutáneo; sin pruebas en humanos.
Un equipo de la National Taiwan University ha descrito un mecanismo que, tras una lesión cutánea, induce a macrófagos a activar la lipólisis en el tejido adiposo dérmico; los ácidos grasos liberados son captados por células madre del folículo piloso, que salen de la fase de reposo y promueven el crecimiento del cabello. El trabajo, publicado en Cell Metabolism en acceso anticipado el 22/10/2025, señala que la aplicación tópica de ácidos grasos monoinsaturados (como oleico y palmitoleico) bastó para activar el proceso en modelos murinos. Los autores declaran una solicitud de patente sobre el método.
La pieza remitida por el lector indica que un preparado con ácidos grasos logró la regeneración visible del pelo en aproximadamente 20 días en ratones. Ese dato temporal procede de la noticia de 27/10/2025 y no figura en el resumen científico; a falta de acceso al texto completo, el plazo exacto en cada protocolo experimental queda no confirmado en la publicación académica.
El hallazgo se apoya en una década de trabajos que vinculan la grasa cutánea con el ciclo del folículo: ya en 2011 se describió que preadipocitos del tejido adiposo dérmico contribuyen al nicho de células madre y pueden iniciar la fase anágena. Revisiones recientes subrayan que la regeneración capilar depende de señales inmunes y metabólicas locales, y que aún existen retos para trasladar estos avances a terapias humanas.
En términos de transferencia, hoy no hay ensayos clínicos publicados en humanos sobre este suero ni evidencia de eficacia clínica. De forma paralela, la ingeniería de piel con folículos capilares sigue progresando en laboratorio (organoides dérmicos), lo que ofrece un banco de pruebas para validar vías como la descrita.
Claves a seguir: publicación del texto completo con tiempos experimentales y dosis; registro de ensayos clínicos en humanos con seguridad y eficacia; y validación independiente del eje macrófago–adipocito–folículo en muestras humanas.
Hasta entonces, el resultado es prometedor en animales pero no confirmado para uso clínico.





