La economía va como un tiro. El precio de la ternera continúa su ascenso imparable y ya ha alcanzado niveles históricos en los lineales de los supermercados. El kilo de los cortes más demandados supera los 20 euros, tras encarecerse más de un 12 % en el último año. Un incremento que podría convertir a la carne de vacuno en un bien de lujo en apenas tres meses.
La situación es multifactorial. Los precios que recibían los ganaderos se habían mantenido prácticamente congelados durante décadas, muy por debajo del crecimiento de los costes de producción. Esa falta de rentabilidad crónica ha provocado el cierre progresivo de explotaciones y una notable pérdida de cabezas de ganado en toda España. A ello se suma el envejecimiento del sector primario y la ausencia de relevo generacional, factores que han reducido la oferta disponible.
La sitacuión, ya de por sí grave, ha empeorado con el contexto de los últimos años. Tras la pandemia, el precio de los piensos, la energía y el transporte se disparó, una tendencia intensificada con el impacto económico de la guerra de Ucrania. Mientras tanto, la presión impositiva ha seguido al alza y el sector se ha vsito abandonado a su suerte.
Con una oferta cada vez más ajustada y una demanda que se mantiene firme, el vacuno avanza hacia una situación crítica. Si no se corrigen las causas de fondo, todo apunta a que la ternera dejará de ser un alimento cotidiano en muchas mesas españolas para convertirse, literalmente, en un bien de lujo.
