Campanas de cambio en Holanda… O no. Las elecciones parlamentarias celebradas ayer en Países Bajos nos dejan un mapa político muy similar al de 2023. Entiendo que, para quién haya leído la prensa oficialista, esta afirmación no acabe de cuadrar. Y es que si nos remitimos a los titulares de nuestros medios institucionales, ayer cambió el mundo en el país del tulipán.
Pero lo cierto es que no. Los equilibrios parlamentarios siguen igual. Es cierto que Geert Wilders, pionero en la política islamófoba europea des de una perspectiva de lo más moderada en el resto de clivajes, ha retrocedido notablemente. De la contudente victoria en 2023 con 37 escaños, ha pasado a 26, disputándose el primer lugar con el centro liberal-progresista de D66. Si bien el simbolismo de este cambio no puede negarse, lo cierto es que su bloque ideológico, emplazado en lo que el consenso mediático y político han querido denominar como «extrema derecha», sale ligeramente reforzado. En concreto, y con el 99% escrutado, han ganado un diputado.
Distribución parlamentaria (150 escaños)
La aritmética parlamentaria sigue de lo más complicada. 16 partidos han conseguido representación para un parlamento de 150 escaños. Las sumas potenciales siguen siendo las mismas pese al modesto avance de la nueva derecha. Juntos, sumarían menos de 50 escaños. Una gran entente centrista tampoco llega. El resultado más probable es un pacto amplio entre el centro liberal y la derecha moderada, que en 2023 intentó sin éxito entenderse con el PVV de Wilders, rompiendo las negociaciones por posicionamientos «irreconciliables» sobre la inmigración.





