Las encuestas de Junts deben dar miedo. Los de Puigdemont han oficializado hoy su ruptura total con el Gobierno de Pedro Sánchez, anunciando un bloqueo legislativo sin precedentes que, en la práctica, deja la legislatura muerta. El partido ha comunicado que presentará enmiendas a la totalidad a todas las leyes del Ejecutivo que se encuentran en tramitación y rechazará cualquier nueva iniciativa legal presentada por el Gobierno.
Miriam Nogueras, de Junts, rompe con el Gobierno Progresista y se marcha con sus aliados naturales de extrema derecha, Feijóo y Abascal, que no la pueden ni ver, ni a ella ni a Puigdemont.
— Rita Ortega🌹 (@Ritaalberdi) November 6, 2025
Van a caer de la sartén al fuego 🥸🤓😳🤣 pic.twitter.com/DlOVZL7SZp
¿La intención? Forzar una convocatoria electoral sin escenificar una votación conjunta con PP y VOX en el Congreso. Ir a unas elecciones generales, donde Aliança Catalana no concurrirá, para evitar a su vez la fotografía del sorpasso de Orriols, reforzar el relato identitario catalán, contentar al votante convergent de derechas y dejar de ser la muleta del socialismo.
Míriam Nogueras es cristalina, el partido no prestará ya «más colaboración ni más negociación». La formación, clave para la investidura y mantenimiento de Sánchez, acusa al PSOE de incumplir el acuerdo firmado y de no avanzar en las demandas políticas relativas a Cataluña. “La legislatura queda bloqueada«. Junts no solo se opondrá a los Presupuestos Generales del Estado, sino a un total de 25 leyes que están actualmente en trámite parlamentario, así como a otras 21 que están a punto de finalizar su recorrido legislativo.
Este movimiento deja al Gobierno en una posición de extrema debilidad, ya que sin los siete diputados de Junts el PSOE, Sumar y compañía carecen de mayoría suficiente para sacar adelante futuras leyes. La legislatura, que venía marcada por la tensión continua entre los socios de investidura, entra ahora en un escenario de muerte aparente.
Moncloa mantiene “la mano tendida al diálogo” y «seguirán trabajando por la estabilidad institucional», aunque admiten que el escenario “es complejo”.





