Trump usa a Epstein para presionar a Clinton y demócratas — Trump ordena al Departamento de Justicia revisar sus vínculos tras nuevos correos.
Donald Trump ha dado un nuevo giro al interminable caso Epstein. El presidente de Estados Unidos ha anunciado que pedirá a la fiscal general, Pam Bondi, al Departamento de Justicia y al FBI que investiguen los vínculos del fallecido financiero Jeffrey Epstein con el expresidente Bill Clinton, el exsecretario del Tesoro Larry Summers, el empresario Reid Hoffman y el banco JPMorgan Chase.
BREAKING: AG Pam Bondi has assigned a prosecutor to examine Jeffrey Epstein’s ties to prominent Democrats, including Bill Clinton, days after newly released emails exposed Trump’s nefarious relationship with the convicted pedophile. pic.twitter.com/7W1J4J0lpd
— Republicans against Trump (@RpsAgainstTrump) November 14, 2025
El movimiento llega justo después de que un comité de la Cámara de Representantes hiciera públicos unos 20.000 nuevos documentos procedentes del patrimonio de Epstein, entre los que figuran correos en los que el financiero habla de Trump y de varias de sus presuntas víctimas.
Trump responde a esa presión devolviendo el foco hacia viejos conocidos del Partido Demócrata y hacia un gran banco estadounidense, en un contexto de fuerte desgaste político interno.
Qué ha ordenado exactamente Trump
En un mensaje en su red social, Trump calificó de “engaño” el uso que los demócratas estarían haciendo de los archivos de Epstein y anunció que pedirá una investigación sobre la “implicación y relación” del financiero con Clinton, Summers, Hoffman y JPMorgan, entre “muchas otras personas e instituciones”.
President Trumps post: Epstein Island documents involve Democrats not Republicans. pic.twitter.com/C6yjZw8R9a
— Patriotic 🇺🇸Suzanne⭐️⭐️⭐️ (@suzost) November 14, 2025
Horas después, Bondi confirmó que ha encargado la investigación al fiscal federal del distrito sur de Nueva York, Jay Clayton, con sede en Manhattan. Clayton ya tuvo relación con el caso cuando dirigía el supervisor bursátil estadounidense.
Por ahora, ni la Casa Blanca ni la Fiscalía han detallado qué posibles delitos se quieren aclarar. Se habla de “vínculos” personales, financieros o filantrópicos, pero no de cargos concretos. De acuerdo con los documentos y con las propias declaraciones públicas: Clinton ha reconocido vuelos en el avión de Epstein; Summers y Hoffman admiten haber mantenido contacto y haber recibido o gestionado donaciones; JPMorgan fue durante años el banco del financiero. Todos niegan haber participado en delitos y ninguna víctima ha acusado directamente a estas figuras de abusos sexuales, algo que sigue no confirmado en sede judicial.
La investigación, tal y como se ha presentado, se centra por ahora en relaciones conocidas desde hace años, no en nuevos hechos delictivos ya probados.
Los correos que incomodan a Trump
El anuncio de Trump llega tras la publicación masiva de documentos de Epstein por parte del comité de Supervisión de la Cámara. Entre esos papeles hay correos en los que el financiero afirma que el entonces empresario “sabía sobre las chicas” y lo describe como “sucio” y “maniaco”, sin aportar pruebas adicionales.
BREAKING THREAD – Here is a Thread of all the awful things that surfaced Yesterday in the Epstein Emails:
— Brian Krassenstein (@krassenstein) November 13, 2025
Keep sharing them all:
Epstein to Larry Summers:
"I have met some very bad people. None as bad as Trump. Not one decent cell in his body." pic.twitter.com/SHU6IH3Ysl
En paralelo, se ha conocido que la Cámara votará una iniciativa para obligar al Departamento de Justicia a desclasificar el resto de los archivos del caso, algo que apoyan congresistas de ambos partidos y que las supervivientes consideran imprescindible para conocer el alcance real de la red de explotación sexual.
Trump, por su parte, insiste en que Epstein era “un problema de los demócratas” y presenta su orden a Bondi como una forma de “equilibrar” un relato que, a su juicio, le ha señalado solo a él durante años.
La consecuencia práctica es clara: el presidente utiliza su autoridad para dirigir los recursos del Departamento de Justicia hacia los nombres demócratas más incómodos en el expediente Epstein, mientras la oposición subraya los mensajes privados en los que el propio Epstein hablaba de Trump.
El equilibrio entre justicia e interés político vuelve a quedar en el aire. Críticos de distintas sensibilidades jurídicas advierten de que un presidente señale por su nombre a personas concretas para que sean investigadas coloca al Departamento de Justicia en una posición delicada respecto a su independencia.
En el fondo, el tablero sigue siendo el mismo: relaciones sociales, vuelos y donaciones con Epstein están documentados tanto en el entorno de Trump como en el de Clinton y otros dirigentes; lo que permanece no confirmado es si de esas relaciones saldrán nuevas responsabilidades penales.
Mientras no se conozca el contenido completo de los archivos y no avance la investigación dirigida por Clayton, la batalla se librará sobre todo en el terreno político y mediático.





