La última estadística oficial de criminalidad de la policía trata un tema delicado: la relación entre delincuencia y nacionalidad. El “Balanç de seguretat i activitat policial 2024” de los Mossos d’Esquadra, presentado este año, desglosa la nacionalidad de los detenidos en cuatro apartados delictivos: tráfico de drogas, delitos contra la libertad sexual, robos con violencia o intimidación y ocupaciones de vivienda. En todos ellos, los detenidos sin nacionalidad española son mayoría, según el propio documento y el análisis difundido estos días en el espacio mediático.
En tráfico de drogas, el balance sitúa a los detenidos de nacionalidad española en el 35,5% del total, frente al 64,5% de personas sin nacionalidad española, según el gráfico específico del informe sobre salud pública. En delitos contra la libertad sexual, los Mossos apuntan que alrededor de la mitad de los autores detenidos o denunciados tienen nacionalidad española, lo que deja a los no españoles como otra mitad pese a tener a representar una proporción menor de la población. En robos con violencia o intimidación y ocupaciones de vivienda, las cifras difundidas a partir de los mismos cuadros estadísticos sitúan a los detenidos sin nacionalidad española en torno al 65,8% de los casos, frente a un 34,2% de españoles.
El Govern vende transparencia, pero el balance decide qué delitos merecen desglose de nacionalidad y cuáles se quedan fuera de la estadística. Mientras el cuerpo vasco, la Ertzaintza, ya ofrece tablas detalladas por motivo delictivo y lugar de nacimiento de los detenidos en su portal de estadísticas delictivas.
La foto cambia si se mira la estructura demográfica. A 1 de enero de 2024, la población de nacionalidad extranjera suponía el 18% de los residentes en Cataluña, según el Idescat y una nota oficial de la Generalitat que cifra en 1.444.192 las personas con pasaporte no español. Sin embargo, la estadística penitenciaria muestra que los internos extranjeros ya son mayoría en las prisiones catalanas: 4.454 personas de nacionalidad extranjera frente a 4.140 de nacionalidad española, es decir, alrededor del 51,8% de la población reclusa total. Estos datos constan en la tabla de población penitenciaria por nacionalidad publicada en el portal estadístico del Idescat.
La multirreincidencia es el otro ángulo que tensiona la fotografía de seguridad. Entre 2021 y 2024, las personas con siete o más detenciones por delitos patrimoniales se han disparado hasta 637 individuos y casi 7.000 detenciones en un solo año, según cifras de los Mossos difundidas y contextualizadas por la prensa local a partir de la documentación policial. Diversos análisis señalan que en torno al 57,5% de estos multirreincidentes son de origen magrebí (principalmente Marruecos y Argelia), de acuerdo con datos oficiales de Interior.
El cuadro que dejan las fuentes oficiales es claro: los detenidos sin nacionalidad española están sobrerrepresentados en varios delitos graves y en la multirreincidencia, la población extranjera es minoritaria en el padrón (18%) pero mayoritaria en las prisiones (alrededor del 52%), y la propia estadística estatal confirma que también son mayoría entre detenidos y condenados en Cataluña. Lo que sigue sin estar claro es si el Govern está dispuesto a publicar un mapa completo o si prefiere mantener una transparencia selectiva que evita cifras políticamente incómodas.





