Distrito4.0
Distrito4.0

Cataluña contra en dinero

Cataluña contra en dinero
Las terminales que dan servicio a los cruceros en el Port de Barcelona también tendrán que pagar más en concepto de impuesto de bienes inmuebles a partir de 2025.

Han aparecido esta semana varias noticias en Hosteltur -portal de información turística española- relacionadas con las decisiones que las administraciones catalanas van a tomar respecto a la actividad turística, y que afectarán principalmente Barcelona. Dos saltan a los ojos: la subida del IBI a los hoteles de lujo en la ciudad y el cierre de dos terminales de cruceros, que se unen a la archiconocida subida de la tasa turística y, aunque no del mismo sector, a la propuesta de limitación de servicios como Uber y Cabify en beneficio del Taxi. La primera noticia, sobre el IBI, no es nada sorprendente; tanto Colau antes como Collboni ahora se han dedicado a exprimir al ciudadano (más del 60% de las viviendas en la ciudad Condal pertenecen a propietarios que tienen una o dos como mucho) sin importar en que barrio estuviera su propiedad, y entra dentro de lo previsible que lo hagan también con los hoteles. Exprimirlos aún más, claro, porque la barbaridad de regulaciones que tiene que cumplir e impuestos que llega a pagar un hotel ni lo consideramos.

De todas ellas me interesa sobre todo la segunda; la reducción del espacio para cruceros. Es un tema que se ha hablado mucho en estos últimos años, siempre desde el mismo ángulo, siempre con las mismas premisas y los mismos sesgos. Pocas veces hemos visto a nadie defender dicha actividad como ahora en Hosteltur, donde el presidente de la división española de la patronal de cruceros, Alfredo Serrano, ha alertado de las consecuencias que esto podría traer para la ciudad. En este caso, menos conexiones aéreas con América, con todo lo que esto supondría.

Poco hemos hablado de nuestros puntos fuertes, de aquello en lo que somos buenos. Barcelona es el segundo destino mundial de la industria de los cruceros, y el Puerto de Barcelona es el cuarto más importante del mundo por detrás de los tres de Miami. Otra de nuestras grandes industrias, la del automóvil, tampoco sale en las primeras páginas de los noticieros y cuando lo hace es siempre desde el negativismo. Y así es como uno de los elementos que más libertad y “empoderamiento” (terrible palabro) ha dado a las clases humildes es hostigado y menospreciado por políticos como Ada Colau, que durante su mandato no hizo más que poner trabas al coche y no se molestó en visitar ni una sola vez a la primera empresa de Barcelona, SEAT. Estaría bien que toda esta gente que siempre está en contra de que ganemos dinero empiece a pasarnos cuentas. ¿Cuánto nos ha costado la reducción del espacio para el vehículo privado? No digo el coste directo de las obras, sino lo que hemos perdido en comodidad y las oportunidades que se nos han escapado. ¿Cuánto nos va a costar que el Puerto reduzca el espacio para los cruceros? ¿Cuántas empresas van a dejar de venir aquí por la pérdida de conexiones aéreas con Estados Unidos? ¿Cómo vamos a sustituir los ingresos que dejaremos de ganar con el cierre de estas dos terminales? ¿Cuántos eventos dejarán de venir potencialmente a Cataluña? Que nos den algún dato, da igual que no sea verdad, ya estamos acostumbrados. Pero, por una vez, no estaría mal que fingieran que este tema les importa, ni que sea porque su sueldo también depende de ello.

Yo ya entiendo que aquí somos muy nuestros y no nos gusta demasiado la gente de fuera, pero que alguien nos diga, por favor, cuanto nos cuesta nuestra endogamia. También entiendo que nuestra exalcaldesa estuviera muy preocupada por la salud de los barceloneses e intentara limitar los efectos de la contaminación. Que alguna vez ella y sus amigos ecologistas relacionaran el impacto de la contaminación con el crecimiento de la esperanza de vida sería todo un detalle. Y a nuestros queridos socialistas locales, que con tanto esmero han seguido estas mismas políticas, no está de más recordarles que las visitas a esas saunas que tanto les gustan no se pagan solas.

Quim Boldú
Quim Boldú
Quim Boldú, profesional del sector turístic

NOTICIAS RELACIONADAS

Distrito4.0
Distrito4.0
Distrito40

Opinión

Distrito40