La muerte por gripe aviar de un zorro común en la Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta ha encendido las alarmas entre expertos en sanidad animal y salud pública. El Ministerio de Agricultura confirmó que el animal estaba infectado por el virus H5N1 de alta patogenicidad, convirtiéndose en el primer mamífero muerto en Europa esta temporada por esta variante. En la misma zona han aparecido en las últimas semanas cerca de un millar de grullas y otras aves migratorias fallecidas por el mismo patógeno.
La hipótesis más probable llama a la calma: es posible que el zorro se contagiara al alimentarse de restos de aves enfermas, un comportamiento habitual en esta especie. Aunque no es la primera vez que el H5N1 aparece en mamíferos, su creciente capacidad para infectar huéspedes poco habituales preocupa a la comunidad científica. Estudios recientes apuntan a que el virus está acumulando mutaciones que facilitan su adaptación a mamíferos.
El riesgo para la población general sigue siendo bajo, ya que no existe evidencia de transmisión sostenida entre personas. Los casos humanos detectados hasta ahora son aislados y afectan sobre todo a personas muy expuestas, como trabajadores de granjas.
Por otro lado, los focos en aves siguen aumentando. Desde el 1 de noviembre se han confirmado 755 casos en aves silvestres en Europa, 17 de ellos en España, especialmente en grullas. Desde julio, el país ha registrado 14 focos en aves de corral y 87 en fauna silvestre, repartidos por múltiples comunidades autónomas.
En Estados Unidos, sin embargo, el H5N1 ha infectado desde 2024 a vacas lecheras, algo nunca visto, mostrando capacidad para replicarse en tejido mamario. Este salto inesperado coincide con la aparición del primer caso humano de la variante H5N5, detectado esta semana en el estado -que no ciudad- de Washington.
Aunque no hay indicios de que una nueva pandemia sea inminente, la expansión requiere vigilancia constante.





