Maduro ha escalado su pulso con Occidente. El venezolano ha revocado de forma inmediata las concesiones para operar en el país a seis grandes aerolíneas internacionales, entre ellas Iberia. La medida, publicada este miércoles en la Gaceta Oficial, afecta también a TAP Air Portugal, Turkish Airlines, Avianca, LATAM Airlines Colombia y GOL, y entró en vigor el mismo día de su anuncio.
El detonante ha sido, de acuerdo con la verisón del régimen, la suspensión unilateral de vuelos decidida el pasado fin de semana por estas compañías tras la alerta emitida por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), que recomendaba “extremar precauciones” en el espacio aéreo venezolano “a todas las altitudes” por el deterioro de la seguridad y el aumento de la actividad militar. España, Portugal y Colombia emitieron avisos similares.
Caracas lo interpreta como un ataque coordinado. El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) acusa a las seis compañías de “sumarse al terrorismo de Estado promovido por el Gobierno de los Estados Unidos” y de acatar un NOTAM (aviso a aviadores) emitido por una autoridad “sin competencia” sobre la región.
Iberia, compañía española cuya propiedad corresponde en un 100 % al grupo internacional IAG (International Airlines Group), con sede en Madrid y cotización en las bolsas de Londres y Madrid, es la aerolínea europea más afectada. La ruta Madrid-Caracas, que operaba tres frecuencias semanales, queda cancelada sine die.
El impacto es devastador para la ya maltrecha conectividad venezolana. Maiquetía pierde de golpe sus principales enlaces con Europa, Oriente Medio y gran parte de Sudamérica.
Venezuela queda así un poco más aislada y miles de venezolanos en el exterior, más lejos de sus familias.
