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Revolución de los autónomos. ¿Cuáles son sus exigencias?

Revolución de los autónomos. ¿Cuáles son sus exigencias?
Revolución de los autónomos. ¿Cuáles son sus exigencias?

Más de 21 ciudades españolas vivieron ayer domingo una jornada de protestas convocada por la Plataforma por la Dignidad de los Autónomos. Vestidos de luto -riguroso por los miles de negocios que cierran cada año-, decenas de miles de trabajadores por cuenta propia reclamaron «condiciones dignas de trabajo» y denunciaron ser «el colectivo más exprimido» del país.

«Si el autónomo desaparece, España se desvanece». Las manifestaciones más numerosas se registraron en Madrid -donde confluyeron miles de personas desde Plaza de España hasta Sol, con lectura del manifiesto nacional-, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao y Murcia, además de Canarias, Ceuta y numerosas capitales de provincia. Fue una protesta apartidista, aunque en clara denuncia al sistema tributario socialista.

Los autónomos denuncian que, pese a ser la columna vertebral de la economía española –3,3 millones de personas que generan el 18 % del PIB y el 25 % del empleo-, sufren una presión -y sobretodo esfuerzo- fiscal y cotizativa mucho mayor que los asalariados con ingresos similares. «El asalariado paga impuestos sobre lo que le sobra; el autónomo paga cuotas e impuestos sobre lo que necesita para vivir», resumía ayer una pancarta en Sol.

Los datos avalan su queja: en 2025 un autónomo debe abonar como mínimo 200-320 euros mensuales a la Seguridad Social aunque facture cero euros -excepcionados los de nueva actividad, que cuentan con una cuota fija cercana a los 90 euros el primer año-, mientras un trabajador por cuenta ajena no paga nada si no tiene nómina. Para ingresos netos de 25.000 euros anuales, un autónomo entrega entre 8.500 y 9.000 euros entre cotizaciones e IRPF (34-36 %), frente a los aproximadamente 3.000 euros (12 %) que retiene un asalariado con idéntico rendimiento. La diferencia se mantiene hasta los 60.000-65.000 euros de ingresos, punto a partir del cual los tipos marginales se igualan o incluso favorecen al autónomo de altos ingresos.

Las reivindicaciones a este respecto son claras: Cuotas progresivas reales a ingresos: eximir de cotización mínima a quienes facturen por debajo del SMI y permitir cotizar según beneficios reales; exención de IVA hasta 85.000 euros de facturación anual y simplificación drástica de la burocracia tributaria; prestaciones sociales equiparadas a las de los asalariados: paro automático, baja desde el primer día y jubilación digna sin tener que cotizar por la base mínima durante décadas; deducción real y sin trabas de todos los gastos necesarios para el desarrollo de la actividad y reconocimiento como motor económico y no como mera fuente de recaudación.

    «Si no hay respuesta inmediata, vendrán paros, cierres coordinados y más movilizaciones». El colectivo, que cerró 2024 con el peor saldo neto en quince años, ha lanzado un ultimátum: o cambian las reglas de juego, o España perderá cientos de miles de pequeños empresarios en los próximos años.

    Guillem Espaulella
    Guillem Espaulella
    Politòleg per la Universitat Pompeu Fabra.

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