La Peste Porcina Africana (PPA) ha reaparecido en España tras tres décadas: el 28 de noviembre de 2025 se confirmaron dos jabalíes positivos en Bellaterra (Collserola). Desde entonces se han hallado más animales muertos en el entorno, con más muestras en análisis y, por ahora, ningún caso en granjas. El Ministerio de Agricultura comunicó el foco a la UE y a la OMSA, y la Generalitat activó un perímetro de 6 km con zona de vigilancia de 20 km y restricción total de acceso en 12 municipios.
La Generalitat difundió el aviso operativo con recomendaciones y perímetros:
Qué se discute
La primera controversia es el origen. El IRTA-CReSA descarta categóricamente una fuga de su laboratorio y defiende sus protocolos de bioseguridad. Otros actores en redes y tertulias sostienen que la proximidad del foco al centro de investigación merece una explicación exhaustiva. Entre tanto, la hipótesis de trabajo más plausible para las autoridades es la introducción por residuos alimentarios (p. ej., embutidos desechados) ingeridos por jabalíes, coherente con patrones observados en Europa. La secuenciación genética en curso debería acotar el origen comparando con cepas internacionales.
Segunda controversia: la gestión urbana de la fauna y los residuos. Se cuestiona si la proliferación de jabalíes, el alimento aportado por particulares y los contenedores en mal estado han creado un entorno de riesgo evitable. En paralelo, la respuesta oficial despliega Agents Rurals, Mossos y UME, con desinfecciones, búsqueda de cadáveres y cierres de sendas. Las 39 explotaciones del entorno han dado negativo y operan bajo bioseguridad reforzada (control de accesos, limpieza, vallas).
Qué debe saber el ciudadano
La PPA no afecta a humanos ni por contacto ni por consumo, pero su letalidad en suidos es muy alta y no existe vacuna comercial. La regionalización de las medidas permite limitar el daño económico evitando cierres indiscriminados del comercio. El sector porcino catalán y español es relevante y ya sufre fricciones en exportaciones extracomunitarias, aunque el objetivo oficial es contener el foco y proteger el mercado con el mínimo coste.
El debate en redes
@dracdolot, perfil divulgativo local, ironiza con la proximidad del foco al centro del IRTA en Bellaterra y la hipótesis de los restos de comida como vía de entrada.
@lo_tractor_rosa, perfil agrario y divulgativo, liga el brote a una mala gestión de residuos y de fauna urbana, y reclama tomarse en serio las advertencias del campo.
Lección de fondo
hay polémica sobre fuga y mala gestión, y también hechos: foco localizado, granjas sin positivos y medidas activas. La prueba definitiva será la secuenciación. Mientras tanto, menos ruido y más rigor: contención, limpieza y normas que de verdad funcionen.





