Ayer, 10 de diciembre de 2025, el mundo contempló uno de los momentos más conmovedores de la historia reciente del Premio Nobel de la Paz. María Corina Machado, principal símbolo de la resistencia democrática venezolana, fue galardonada en el Ayuntamiento de Oslo… pero no pudo recoger su medalla. Debido a algunos retrasos en un viaje secreto emprendido desde la clandestinidad, llegó cuando la ceremonia ya había terminado. En su lugar, su hija mayor, Ana Corina Sosa Machado, recibió el galardón entre aplausos de pie y leyó el discurso que su madre había preparado desde la sombra.
¡Oslo, aquí estoy! pic.twitter.com/tsixUerj0q
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) December 11, 2025
María Corina Machado, ingeniera industrial, madre de tres hijos y exdiputada que en 2010 obtuvo la mayor votación individual de la historia de Venezuela, fue inhabilitada ilegalmente y expulsada de la Asamblea Nacional en 2014 por el régimen chavista. Desde el julio de 2024 lleva más de 500 días en la clandestinidad, con orden de captura por “traición a la patria” tras demostrar con actas el fraude electoral que impuso la reelección de Maduro.
Ayer, su hija mayor, Ana Corina Sosa Machado (Caracas, 1991) subió al estrado y recibió la medalla en nombre de su madre: “La libertad no es un regalo que esperamos; es una conquista en la que nos convertimos”. Entre lágrimas añadió: “Hace 16 meses que no abrazo a mi madre. Hoy les prometo que en unas horas lo haré realidad esa promesa”. El hecho de que el Comité Nobel le haya entregado ayer este premio consagra internacionalmente su papel como máxima figura combatiente contra la dictadura de Nicolás Maduro y multiplica la presión sobre el régimen.
This is the story of a people and their long march toward freedom.
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) December 10, 2025
What an honor to hear my Nobel Peace Prize 2025 acceptance speech in the voice of my daughter — and to know that very soon, I’ll be able to embrace her and my family again. pic.twitter.com/uyrUOjVQpj
En la madrugada del 11 de diciembre, María Corina salió al balcón del Grand Hotel de Oslo, alzó los brazos y cientos de venezolanos cantaron el himno nacional a capela. Fue un instante de catarsis que recorrió el mundo.
El abrazo que necesita toda Venezuela.
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) December 11, 2025
Gracias!! pic.twitter.com/ozQgFQzGjq
El Nobel entregado ayer es un reconocimiento histórico y una herramienta diplomática sin precedentes, pero la incertidumbre sigue siendo inmensa. Maduro conserva el monopolio de la fuerza, las instituciones y el miedo como arma política. Siete millones y medio de venezolanos permanecen en el exilio y cientos de presos políticos siguen encarcelados. A pesar del precio altísimo que Machado y su familia han pagado —separación, amenazas constantes y vida en la sombra—, la caída del régimen es hoy más posible que nunca… aunque todavía no esté garantizada. Como ella misma dijo ayer desde Oslo: “Esto no es el final, pero sí el principio del final”.
