Berga vive la primera crisis municipal de Aliança Catalana (AC), el partido que irrumpió en el Parlament con Sílvia Orriols al frente. A un año y medio de las elecciones de 2027, la controvertida designación de Judit Vinyes, ex portavoz de BeGI, como candidata a la alcaldía ha generado una fractura profunda entre la ejecutiva nacional y los militantes locales, que denuncian falta de democracia interna.
El conflicto ha estallado después de que Vinyes anunciara su incorporación a AC, respaldada por la dirección nacional, sin pasar por primarias ni consulta a la militancia de Berga. El comunicado oficial de AC-Berguedà rechaza “designacions unilaterals” y exige que cualquier nueva incorporación sea individual y respete los estatutos.
Comunicat d'Aliança Catalana sobre la situació política a #Berga.#SalvemElBerguedà pic.twitter.com/MjRfRlDfov
— Aliança Catalana-Berguedà (@BerguedaAC) December 10, 2025
Según el registro municipal actualizado el 4 de diciembre, BeGI se rompe: Judit Vinyes se integra en AC y Lluís Minoves pasa a no adscrito. Imma Nadal, coordinadora comarcal, advirtió el mismo día 10 que hasta el 50 % de los 17 afiliados locales podría dimitir si se consuma la candidatura de Vinyes.
Los críticos, encabezados por Nadal y Anna de Haro —primera afiliada en el Berguedà y vocal ejecutiva—, defienden un proyecto de base y rechazan lo que consideran una operación de “paracaidismo”. El sector de Vinyes, apoyado por su marido Xavi López (vocal Bages-Berguedà de Aliança), argumenta que aporta experiencia institucional.
Todos los ojos están puestos en Aliança Catalana. La reunión del 29 de diciembre con la ejecutiva será clave: si no resuelve la crisis con transparencia, el partido puede perder su implantación en Berga y ver frenada su expansión en el interior. Un paso en falso ahora podría costarle muy caro en 2027.





