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¿Cómo ve el resto del mundo a Pedro Sánchez?

¿Cómo ve el resto del mundo a Pedro Sánchez?
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa.

El Ejecutivo sanchista publicó ayer a bombo y platillo el reconocimiento de la revista «L’Espresso» -modesto rotativo italiano de marcado carácter ideológico social progresista– como prueba irrefutable de la buena reputación de la que nuestro presidente goza «a nivel internacional» -se ve que ahora el mundo empieza en Madrid y termina en Roma-. Si bien es cierto que, dentro del evidente sesgo de la publicación, la revista goza hoy aún de cierto gravitas -nada comparado con el de su época dorada, por allá la década de los 70, de cuyas rentas aún se nutre-, no parece del todo honesto afirmar que el contenido de sus páginas resuman el sentir global que la figura de Sánchez despierta más allá de nuestras fronteras.

Lo de la economía y alo hemos explicado aquí, aquí, aquí… Por lo que se refiere a la imagen internacional, medios globales como The Guardian, BBC, Reuters y Politico han retratado al líder del PSOE como un político en constante lucha por su supervivencia, envuelto en acusaciones de corrupción y acoso sexual que cuestionan su credibilidad y la de su partido. A finales de 2025, la atención se centra en un «MeToo» interno que expone hipocresía en un gobierno que se autoproclama feminista.

The Guardian publicó hace apenas dos días un visceral artículo criticando al PSOE por su «falta de diligencia» en manejar denuncias de mala conducta sexual. El caso de Francisco Salazar, exasesor cercano a Sánchez, quien ha dimitido tras meses de inacción atribuida a un «error informático», y el de José Tomé Roca, presidente de la Diputación de Lugo, han generado indignación. El medio británico describe estos eventos como un «golpe adicional» a un partido ya «golpeado por corrupción y reveses políticos», destacando cómo Sánchez asume responsabilidad pero sin medidas concretas, «lo que erosiona su legado progresista». En el caso de Salazar, Politico ya publicó en su día una pieza dónde a su vez recordava que el presidente está «plagado de escándalos». Reuters, en un reporte del 12 de diciembre, enfatiza la reacción de sindicatos y oposición, cuestionando las credenciales feministas de Sánchez.

En noviembre de 2025, The Guardian analizó si Sánchez podría sobrevivir a investigaciones contra su familia y aliados, incluyendo a Begoña Gómez por presunto tráfico de influencias y su hermano David por empleo ficticio. El artículo critica severamente a Sánchez por acusar a jueces de «hacer política», viéndolo como una maniobra de despiste desesperada. Manifestaciones en Madrid exigiendo elecciones anticipadas reflejan la percepción de un gobierno «frágil» y moralmente comprometido.

Los escándalos no son nuevos. En febrero de 2024, Reuters cubrió el «escándalo de las mascarillas» (Caso Koldo), donde Ábalos negó corrupción en contratos de suministros durante la pandemia, rechazando llamadas a dimitir y afirmando su inocencia en una conferencia de prensa. Este caso involucraba comisiones ilegales y ramificó a figuras como Santos Cerdán, mano derecha de Sánchez.

En resumen, la cobertura global pinta a Sánchez como un líder resiliente pero debilitado, con aprobación en mínimos (25-30%) y más sombras que luces. El mundo ve a Sánchez no como el reformador que derrocó al PP en 2018 por corrupción, sino como víctima de sus propios «thrillers» políticos.

Guillem Espaulella
Guillem Espaulella
Politòleg per la Universitat Pompeu Fabra.

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