Todo el mundo se escandaliza cuando Bruselas decide mirar hacia Roma. La Unión Europea, en un gesto que muchos califican de sorprendente, ha avalado la creación de centros de deportación fuera del territorio comunitario, siguiendo el modelo impulsado por Giorgia Meloni en Italia. Se habla de pragmatismo, de control de fronteras, de seguridad. Pero nadie parece dispuesto a admitir que este giro responde a una demanda social que los partidos tradicionales han ignorado durante demasiado tiempo.
Europa se inspira en Meloni porque Meloni ha sabido leer el malestar ciudadano. Ha entendido que las políticas migratorias laxas no solo generan inseguridad, sino también desconfianza hacia las instituciones. Y cuando la gente percibe que sus gobernantes no escuchan, busca alternativas. Italia lo encontró en Meloni. Catalunya lo está encontrando en Sílvia Orriols.
Orriols, desde Aliança Catalana, ha sido objeto de críticas feroces. Se la acusa de populismo, de radicalismo, de simplismo. Sin embargo, lo que sus detractores no quieren reconocer es que su discurso conecta con una parte creciente de la sociedad catalana que se siente desprotegida. Igual que Meloni en Italia, Orriols ha puesto sobre la mesa un debate incómodo: ¿qué pasa cuando la inmigración descontrolada choca con la cohesión social y la identidad cultural?
Los partidos tradicionales prefieren mirar hacia otro lado. Denuncian el auge de Aliança, pero no se preguntan por qué crece. Señalan con el dedo, pero no se miran al espejo. La respuesta es sencilla: crece porque dice lo que otros callan. Crece porque plantea soluciones, aunque sean polémicas. Crece porque la gente percibe autenticidad en su mensaje.
Europa se inspira en Meloni porque Meloni ha demostrado que las ideas que ayer se tachaban de extremistas hoy se convierten en políticas oficiales. Y si Bruselas legitima esas medidas, ¿qué argumento queda para seguir demonizando a Orriols? ¿No será que, más allá de las etiquetas, hay una realidad que exige respuestas claras?
La pregunta no es por qué crece Aliança, ni por qué Europa se inspira en Meloni. La verdadera pregunta es por qué ustedes, los guardianes del consenso, han dejado de escuchar a la ciudadanía. Mientras sigan negando la evidencia, seguirán alimentando a quienes, como Orriols, se atreven a decir lo que otros callan. Y entonces, no se sorprendan si mañana Europa también se inspira en Catalunya.
