El socialismo sigue cavando la tumba de su premier. La nueva crisis en el seno del PSOE, marcada por denuncias de acoso sexual y escándalos de corrupción, han erosionado del todo la confianza en el liderazgo de Pedro Sánchez. Aunque, que sepamos, no existe un movimiento organizado para derrocarlo, varias figuras relevantes del partido han elevado críticas públicas, posicionándose como voces disidentes. Estas incluyen barones autonómicos, exdirigentes y cargos feministas, quienes cuestionan la gestión de Sánchez y hablan de «canibalismo interno» ante un más que posible «fin de ciclo». Repasemos a los principales críticos, sus cargos y las declaraciones clave.
Tomás Gómez, ex secretario general del PSOE en Madrid: "Pedro Sánchez es el mayor traidor que ha tenido el socialismo en nuestra democracia" pic.twitter.com/ETsXeodxza
— Pablo Haro Urquízar (@pabloharour) June 6, 2025
El primero y más significado es Emiliano García-Page, actual presidente de Castilla-La Mancha y uno de los barones más influyentes del PSOE. Ha sido el más persistente en sus ataques. Líder regional desde 2015, Page ha reprochado a Sánchez su «actitud de mirar para otro lado» en casos de corrupción como las detenciones recientes vinculadas a Leire Díez y el caso Koldo. En diciembre, enfatizó su intransigencia con «el que roba» y deslizó dudas sobre irregularidades en las primarias de 2017, afirmando que el PSOE debe resolver rápido para no dejar dudas.
Sara Simón, consejera de Igualdad en Castilla-La Mancha y secretaria de Política Municipal del PSOE-CLM, ha emergido como una crítica directa desde el sector feminista. El 12 de diciembre, exigió que Sánchez «asuma responsabilidades en primera persona» por la gestión de los casos de acoso, como el de Francisco Salazar, y expresó dificultades para creer que el líder fuera ajeno a los comportamientos de su entorno. Simón, aliada de Page, también cuestionó la limpieza de las primarias de 2017, mencionando irregularidades en agrupaciones locales.
María Chivite, presidenta de Navarra y secretaria general del PSOE-Navarra desde 2017, ha lamentado la falta de «rapidez y contundencia» en la respuesta a las denuncias de acoso. En una declaración el 12 de diciembre, pidió disculpas a las víctimas y urgió mejorar el protocolo interno, destacando que el partido no actuó con la sensibilidad requerida en casos como el de José Tomé en Lugo.
Carlos Martínez, secretario general del PSOE en Castilla y León, expresó «hartazgo y asco» por la acumulación de casos de acoso el mismo día. Defendió la apertura de expedientes pero reclamó reforzar la protección a las víctimas, criticando que estos incidentes representan una «descomposición moral» en el partido.
Silvia Fraga, exsecretaria de Igualdad del PSdeG-PSOE, dimitió el 12 de diciembre por «discrepancias» con la gestión del caso Tomé, criticando la falta de sensibilidad y protección a las víctimas.
Elena Valenciano, exvicesecretaria general del PSOE (2012-2014), criticó el «silencio» de los hombres del partido ante los acosos, pidiendo contundencia y no dejar solas a las víctimas en una carta abierta.
Adriana Lastra, también exvicesecretaria general (2017-2022), instó el 4 de diciembre a llevar los casos a la Fiscalía, contra el criterio de la dirección, argumentando que se trata de «violencia contra las mujeres».
El último ha sido Tomás Gómez, exsecretario general del PSM-PSOE (2007-2015) y alcalde de Parla. Gómez ha sido el más virulento desde fuera de la primera línea. Ha comparado a Sánchez con Bettino Craxi, un político corrupto italiano, y lo acusa de «destruir la historia del PSOE por ambición personal», pidiendo a los socialistas no votarlo y describiendo su liderazgo como una «emergencia nacional».
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