Todo indica que el PP no está por la labor de presentar una moción de censura sino tiene la certeza de su triunfo. Como, a día de hoy, ni Junts ni el PNV están dispuestos a apoyarla, el PP ha optado por adelantar las elecciones en Extremadura y Aragón, dos comunidades en las que las encuestas le son favorables. Creen que la visualización de la pérdida de apoyo electoral acelerará la descomposición del Gobierno. Castilla y León en marzo y Andalucía en junio, sino se adelantan, completan el panorama electoral favorable al PP en el primer semestre de 2026. Sin presupuesto, sin apoyo parlamentario estable y con reiteradas derrotas electorales el Gobierno debería caer, piensan los populares, y convocar elecciones.
¿Es razonable esta estrategia de esperar el derrumbe del socialismo sin presentar una moción de censura? No me lo parece. Presentar una moción de censura tiene sus riesgos. Pero no el de perderla numéricamente. Felipe González la perdió frente a Suárez pero visualizo un proyecto alternativo y de futuro para España. Y gracias a ello gano por mayoría absoluta las elecciones de octubre de 1982. España necesita también ahora un proyecto de futuro ilusionante.
Feijóo es todavía un líder discutido. No va a tener mejor oportunidad de presentar su proyecto para España que en una moción de censura. Tampoco mejor manera de desenmascarar a los aliados de Sánchez. El único riesgo es no tener proyecto, temer ser derrotado argumental o dialécticamente. En este caso mejor esperar la «herencia» del sanchismo, aunque se corre el riesgo que el «muerto» resucite o los «herederos» sean otros.
