Cada vez salen a la luz nuevos detalles sobre el asesinato de Rob Reiner y su esposa, quienes fueron degollados en su vivienda de Los Ángeles. Todas las investigaciones continúan señalando a su hijo, Nick, quien permanece detenido por la Policía como el principal sospechoso del crimen.
Ahora, según informa TMZ citando a fuentes de la investigación, las fuerzas de seguridad han estado recopilando pruebas en la habitación del hotel de Santa Mónica donde Nick se alojó la noche del domingo, la cual estaría llena de sangre.
Discusión
Amigos de la familia declararon al periódico Los Angeles Times que Reiner y su hijo Nick discutieron durante la fiesta de Navidad del sábado organizada por Conan O’Brien. También señalaron que el joven se mostraba desorientado y presentaba un aspecto que no se correspondía con la etiqueta exigida en el evento: vestía una simple sudadera y parecía estar bajo los efectos de alguna sustancia.
Habitación del hotel
El domingo, cuando se registró en el hotel The Pierside, en Santa Mónica, los empleados declararon que parecía algo desorientado, aunque no daba la impresión de haber cometido ningún acto violento. Sin embargo, al día siguiente, cuando iban a limpiar la habitación tras su marcha, encontraron una gran cantidad de sangre en el baño y en las sábanas de la cama, por lo que avisaron a la Policía.
La detención del hijo del director de cine tuvo lugar el lunes en plena vía pública, a manos de agentes del departamento de homicidios de la Policía de Los Ángeles.
El caso
Los cuerpos de Rob y Michelle Reiner fueron hallados por Romy, la hija menor del matrimonio, de 28 años, quien avisó de inmediato a la Policía. La joven, visiblemente angustiada tras encontrar a sus padres tendidos en un charco de sangre y con profundas heridas en el cuello, habría señalado a su hermano Nick como posible responsable, al que calificó de “peligroso”. Pese al lógico secretismo inicial, la investigación se centró desde el primer momento en él.
Nick Reiner
Nick Reiner había pasado en varias ocasiones por procesos de rehabilitación y llegó a vivir en la calle a causa de sus adicciones, tal y como él mismo reconoció en diversas entrevistas.
En “Being Charlie” (2015), que narra la historia de un joven de 18 años adicto a los narcóticos y su relación con un padre famoso, el propio Reiner se inspiró en sus vivencias personales y en sus 17 ingresos en centros de rehabilitación desde los 15 años.
The Hollywood Reporter describió la película en su estreno como una mirada sincera e íntima a los entresijos de la familia Reiner durante los años más duros de la adicción de Nick.
