La noticia, publicada el pasado mes de marzo en la web de la Junta de Castilla y León, pasó totalmente desapercibida: «Autorizada una inversión de más de 240.000 euros para la conservación de la biodiversidad mediante la naturalización de y adaptación de abrevaderos para anfibios en León». El dinero procedía de los fondos europeos Next Generation y el objetivo del proyecto era, según el comunicado de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, «la conservación de la biodiversidad terrestre a través de la ejecución de varias actuaciones encaminadas a la mejora de 350 abrevaderos distribuidos en 58 municipios de la provincia de León, ubicados en diferentes áreas naturales protegidas de dicha provincia, y mayoritariamente, en montes de utilidad pública».
En el mismo comunicado, la Junta señalaba también que los abrevaderos para el ganado se han convertido en «una trampa para determinados ejemplares» de anfibios. Y por ello «surge la necesidad de compatibilizar los usos de estos puntos de agua artificiales con la actividad vital de muchas especies de anfibios, para facilitar su supervivencia en lugares donde la disponibilidad de zonas húmedas para su reproducción es más limitada». Y, entre otras actuaciones, informaba de la decisión de construir «rampas de entrada y salida de anfibios en abrevaderos«, además de «limpieza, o impermeabilización y reparación de los muros, entre otras actuaciones».
Burlas de los ganaderos
Aunque el proyecto se anunció hace nueve meses, ha sido ahora cuando la noticia ha salido a la luz por las protestas de los ganaderos leoneses, que han publicado un video en redes sociales mofándose de la ejecución del mismo. Y han encontrado apoyo en naturistas como Álex Lachhein, quien ha denunciado que cada «rampa» ha costado la friolera de 685 euros.
Facilitar su reproducción
En X, algunos usuarios han intentado justificar el proyecto. Y es que en el pliego de condiciones de la adjudicación, al contrario que en el comunicado, el argumento ofrecido por la Junta no parece descabellado: «Muchas de estas estructuras (abrevaderos) suponen una trampa para determinadas especies que acuden a ellas para reproducirse. Por ello, surge la necesidad de compatibilizar los usos de estos puntos de aguas artificiales con la biología de los anfibios, para facilitar su supervivencia en lugares donde la disponibilidad de zonas húmedas para su reproducción es más limitada». Y a ello suma la necesidad de acondicionar los abrevaderos existentes con distintas intervenciones en cada uno de ellos.





