Salvador Illa defendió ayer con vehemencia la inmigración como un factor positivo para la sociedad catalana. En un discurso, difundido también a través de sus redes, Illa argumentó que el verdadero conflicto no radica en los migrantes, sino en aquellos que, según él, «distorsionan la realidad para fomentar divisiones y erosionar la convivencia». Su lectura ha desencadenado una avalancha de reacciones adversas, con un sector significativo de la ciudadanía que expresa un profundo desacuerdo y categoriza el discurso como una negación de problemas reales generados por la «inmigración descontrolada.«
No, Salvador. Aquesta frase buida és exactament el problema.
— Joan Carles (@JuankaCat) December 16, 2025
Dir que “la immigració no és un problema” no és valent, és irresponsable. El problema no és “manipular la realitat”: el problema és negar-la. I tu ho fas sistemàticament.
Quan tens:
– pressió brutal sobre habitatge
–…
El sentir general entre los detractores revela una frustración acumulada por lo que se percibe desconexión entre el gobierno y la realidad social. Se destaca la saturación de los servicios públicos, como la sanidad y la educación, que ven se colapsados por los flujos migratorios, una situación que «genera desigualdades», como la escasez de vivienda asequible y el aumento de ocupaciones irregulares, lo que agrava la precariedad económica de las familias locales. Se menciona también con insistencia el incremento en la inseguridad urbana, asociada a cambios demográficos rápidos en barrios tradicionalmente estables y como la entrada «precariza sueldos y empeora condiciones laborales para el cómputo global».
La realitat darrere del seu discurs demagògic, és que vostè està alineat amb els interessos de les patronals de l’empresariat low cost, mentre els salaris dels treballadors i els serveis públics no paren de degradar-se: pic.twitter.com/MRKApUrVIi
— Quim Gonter (@q_u_i_m_) December 16, 2025
Tenint en compte l’augment de la taxa de pobresa, la saturació dels serveis públics, i el problema creat al mercat residencial per culpa d’encabir 2 milions de persones sense haver construït res… em pots explicar en què ens fa “un país millor”, exactament?
— El Tarragona petit (@EnBaptista) December 16, 2025
La immigració ben regulada, per tal que els nouvinguts puguin cobrar salaris dignes, gaudir de bons serveis públics i incorporar-se a la societat d'acollida gradualment, mitjançant l'adopció de la llengua i el sistema de valors autòctons, enriqueix un país. L'altra l'estripa.
— Miquel Àngel Estradé (@mangelestrade) December 17, 2025
En el plano político, el rechazo adopta un tono más ideológico. Los sospechosos habituales ven en las palabras de Illa una continuidad de políticas estatales que priorizan la inmigración sobre el bienestar local, interpretándolo como una forma de «colonización».
Ben dit!!!!
— Imanol Otaegui (@iotaegui77) December 16, 2025
También hay quien defiende al president, suscribiendo sus tesis y defendiendo una mayor integración de la inmigración para hacerla parte del proyecto común catalán, aunque la proporción, al menos en las redes sociales es muy minoritaria.
En líneas generales, la hostilidad en las interacciones digitales es palpable, con cientos de expresiones de indignación que subrayan la brecha creciente en la sociedad catalana, ahora con el debate migratorio.





