Desde 2014, y con mayor intensidad tras 2020, las políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (conocidas como DEI por sus siglas en inglés: Diversity, Equity, Inclusion) han transformado la contratación en sectores como Hollywood, medios de comunicación, academia y tecnología. Estas políticas buscan corregir desigualdades históricas promoviendo la contratación de grupos tradicionalmente subrepresentados (mujeres, minorías étnicas, LGTBI+, personas con discapacidad, etc.). Sin embargo, según un análisis detallado publicado en Compact Magazine, han resultado en la exclusión masiva de los hombres blancos millennials cualificados por culpa de su raza y género.
Beginning in 2014, prestige industries decided they urgently needed to diversify. They didn’t purge established Boomers. Instead, they did everything possible to avoid hiring white millennial men.
— Matthew Schmitz (@matthewschmitz) December 15, 2025
This is the story of a generation derailed by DEI. https://t.co/kUfmpHfaMH
Los datos son claros y alarmantes. En escritura televisiva, la representación de los hombres blancos cayó del 48 % en 2011 al 11,9 % en 2024, según informes de la Writers Guild of America. En la revista The Atlantic, el equipo editorial pasó de un 89 % de personas blancas a un 66 % en una década. Universidades como Harvard y Brown muestran descensos similares en la contratación de profesores titulares. Un gestor de contratación citado admitía abiertamente que descartaba currículums de los hombres blancos para cumplir con los objetivos internos de diversidad.
Este fenómeno no se limita a la contratación: los hombres blancos millennials que logran entrar en estos sectores a menudo enfrentan barreras adicionales para ascender o mantener sus puestos. El análisis describe un clima laboral donde la meritocracia se ve socavada por la presión constante de cumplir con cuotas raciales y de género, lo que genera desmotivación y una sensación generalizada de injusticia entre los jóvenes profesionales.
That's in writing and academia. ⬆️
— Emergent Perspective (@_emergent_) December 15, 2025
In technical fields, it looks like this. ⬇️ You're forced to hire these people, put up with them, and then take the blame for all of their mistakes. pic.twitter.com/H6GlnWm71O
Las políticas de diversidad, presentadas como herramientas progresistas y “buenistas”, terminan generando externalidades negativas graves. Más allá de la exclusión evidente de una generación entera de profesionales cualificados, fomentan un ambiente de resentimiento, desconfianza y cinismo en el lugar de trabajo. La obsesión por las cuotas sacrifica el mérito y la excelencia en nombre de una igualdad superficial, lo que debilita la calidad de la producción cultural y académica.
En última instancia, estas iniciativas no corrigen desigualdades reales, sino que crean nuevas formas de discriminación inversa y fracturan la cohesión social. El equilibrio entre inclusión genuina y justicia meritocrática es urgente: seguir por este camino solo profundizará la división y el declive en sectores que deberían representar lo mejor de la creatividad y el talento humano.





