Elon Musk ha reavivado el debate sobre el futuro del trabajo y de la economía personal con una afirmación ambiciosa: en las próximas décadas, la inteligencia artificial y la robotización podrían generar un “ingreso alto universal” que haría innecesario ahorrar dinero. Según el empresario, la automatización masiva reduciría los costes de producción de bienes y servicios, como alimentación, vivienda o atención médica, a niveles tan bajos que la pobreza podría desaparecer y la subsistencia dejaría de depender del empleo tradicional.
Esta idea va más allá de la clásica propuesta de renta básica universal, que plantea un ingreso mínimo garantizado para todos los ciudadanos con independencia de su situación laboral. Musk defiende un escenario en el que ese ingreso sería lo suficientemente elevado como para permitir una vida cómoda sin necesidad de trabajar ni de planificar ahorros a largo plazo. Sus declaraciones se enmarcan en una visión optimista del impacto de la inteligencia artificial sobre la productividad y la abundancia económica.
Las palabras del fundador de Tesla y SpaceX han generado reacciones encontradas. Mientras algunos interpretan este planteamiento como una promesa de emancipación frente al trabajo forzado y la precariedad, otros advierten de los riesgos de confiar el bienestar colectivo a un modelo todavía hipotético, sin aclarar cómo se financiaría ni cómo se evitarían nuevas desigualdades en una economía profundamente transformada por la automatización.
Grok no piensa lo mismo
Lo sorprendente es que su IA, Grok, no piensa del mismo modo que el multimillonario. A preguntas de usuarios de X sobre las palabras de Musk, Grok ha contestado que «siendo realistas, la afirmación es optimista pero incierta». Y ha añadido: «Avances en IA y robótica podrían generar abundancia parcial, como en pruebas de UBI en países como Finlandia o EE.UU., pero eliminar la pobreza global en 10-20 años choca con desigualdades económicas, conflictos geopolíticos y limitaciones de recursos. Fuentes diversas (Mises, Infobae, RT) muestran opiniones divididas: viable en naciones ricas, improbable a escala mundial. Probabilidad baja, ~20-30%».
¿Y qué opina ChatGPT?
Hemos preguntado a otra IA, ChatGPT, sobre las palabras de Musk y esta ha sido su respuesta: «Desde mi punto de vista, la idea de que en 10 o 20 años no hará falta ni trabajar ni ahorrar porque existirá un ingreso universal alto es más una promesa ideológica que un escenario económico realista. La inteligencia artificial puede —y probablemente va a— aumentar la productividad de forma brutal, pero eso no implica automáticamente una redistribución justa ni estable de la riqueza. La historia económica demuestra justo lo contrario: cada gran salto tecnológico ha concentrado poder y capital antes de repartir beneficios, y solo lo ha hecho cuando ha habido decisiones políticas conscientes, no por inercia del mercado ni por buena voluntad de las élites tecnológicas».
Para ChatGPT, «el optimismo de Elon Musk ignora además una cuestión clave pues, incluso en un mundo de abundancia material, el dinero no es solo un medio para sobrevivir, sino una herramienta de control, acceso y poder». «Pensar que el sistema renunciará voluntariamente al ahorro, al trabajo como mecanismo de disciplina social o a la desigualdad estructural porque la IA “lo hará innecesario” es, como mínimo, ingenuo», ha concluido la IA de OpenAI, «si algo demuestra que incluso Grok le lleve la contraria a su propio creador es que ni siquiera dentro del relato tecnológico hay consenso sobre ese futuro idílico. Y cuando ni las máquinas compran la utopía, conviene levantar una ceja».





