Los resultados provisionales, a falta del voto exterior, han sido los siguientes:

Conclusiones

1. La desmovilización del electorado socialista castiga con fuerza al PSOE. Como siempre ocurre, el primer paso de la desafección a un partido es, muy mayoritariamente, la abstención. En todo caso más del 50% de los votos perdidos por el PSOE han ido a la abstención.
   
2. La incapacidad del PP para dar cobijo al descontento de exvotantes socialistas que, como ya he dicho, se va principalmente a la abstención. No podemos saber todavía el trasvase de voto del PSOE al PP, y del PP a VOX. Tampoco si ha habido trasvase directo de Psoe a VOX aunque todo indica que si. Lo que es evidente es que el trasvase del PSOE al PP ha sido escaso y evidentemente insuficiente para alcanzar la mayoría absoluta.
   
3. Los sectores sociales más descontentos votan a Vox, que crece significativamente. Una victima de una agresión sexual cometida por un ilegal, un marido denunciado de forma injusta en el proceso de divorcio, un autónomo o un agricultor asfixiado por la presión normativa y fiscal no pasa del PSOE al PP. El PP es percibido como un partido del sistema con sólo matices diferenciales escasos para este votante cabreado. A la abstención van los que se avergüenzan de votar socialista por los casos de corrupción o por la doble moral de sus líderes en el tema feminista, pero que no han sido seducidos por ningún otro partido. Cuesta romper con el partido que se ha votado durante años.
   
4. La izquierda alternativa al PSOE apenas recoge las migajas del desencanto socialista. Su vinculación a los gobiernos de Sánchez y la falta de líderes sólidos imposibilitan que se beneficie significativamente de los votantes socialistas desencantados.
   
5. A Sánchez no le queda otra que resistir a la espera de tiempos mejores. Mantendrá el discurso de faro de occidente contra la extrema derecha, nacional e internacional. Este discurso es cada día menos eficaz pero es el único que le queda. La buena situación macroeconómica no es un argumento que llegue a los ciudadanos.
   
6. El PP esta en una auténtica encrucijada. ¿Seguir como hasta ahora con la esperanza que el PSOE siga derrumbándose y heredar al votante más centrista de los socialistas? ¿Endurecer el discurso para frenar a VOX ?. Todas las encuesta indican que el problema principal del PP es que Feijóo no convence ni a sus votantes. Por ello he defendido la necesidad de una moción de censura para retratar a sus socios, cada día más nerviosos con el desgaste asociado a su apoyo a Sánchez, pero sobre todo para dar a Feíjóo la oportunidad de exponer un programa de gobierno alternativo al sanchismo. La moción de censura es el escenario perfecto para hacerlo, como hizo Felipe González frente a Adolfo Suárez, pero claro hay que tener la personalidad necesaria para asumir el riesgo. Es la oportunidad de Feijóo de consolidarse como líder.
   
7. Vox debe meditar su paso siguiente. Debe pedir contrapartidas por su apoyo pero sin llegar a impedir que gobierne el PP en ayuntamientos o autonomías. De hacerlo le puede pasar lo que a Rivera; que su obsesión por el sorpasso le cueste muy caro. El sentimiento prioritario en el votante harto de Sánchez es derrotarlo. Y si el PP esta condicionado por VOX, sin excesos, para que no haga puro continuismo, mejor que mejor. Pero si Vox boicotea el cambio recibirá su castigo electoral
   
8. PP y VOX deben mantener la tensión para crecer hacia el centro el PP y hacia el radicalismo VOX. Y si para maximizar el resultado de las generales hay que pelearse en alguna comunidad autónoma , no pasa nada. En Extremadura lo más que probable, a pesar de las turbulencias, es que al final Vox se abstenga con contrapartidas razonables.