Jordi Aragonès, ideólogo, fundador y secretario de Formación, Estudios y Programa de Aliança Catalana, el partido independentista derechista liderado por Sílvia Orriols, ha cargado duramente contra Vox, calificándolo como un partido “mucho más francés que español”. En una entrevista publicada este domingo en The Objective, Aragonès respondió a la pregunta sobre si Vox podría ser un socio natural en el resto de España con un rotundo “evidentemente no”.
El principal punto de fricción, según Aragonès, es la cuestión nacional: “Nosotros somos un partido a favor de restituir el Estado catalán y Vox es un partido de corte afrancesado y jacobino, es decir, extremadamente centralista, que rompe con la tradición de la derecha española”. Para el primo hermano del expresidente Pere Aragonès, este centralismo “jacobino” –término que alude al modelo revolucionario francés de uniformidad estatal– sitúa a la formación de Santiago Abascal más cerca de la tradición francesa que de la española, lo que imposibilita cualquier entendimiento: “No podemos entendernos con ellos”.
Estas declaraciones marcan un nuevo episodio de tensión entre las dos fuerzas. Aunque ambas comparten posiciones contundentes contra la inmigración masiva –Aliança propone una moratoria y deportaciones prioritarias–, sus visiones nacionales son irreconciliables.
A lo largo de 2025, las relaciones entre ambos partidos han sido ambivalentes: coincidieron en iniciativas contra el islamismo y en críticas a la Iglesia por su postura migratoria, pero también han mantenido distancias claras, especialmente en temas lingüísticos y territoriales. Fuentes de Aliança han llegado a reivindicar su proyecto como “la fuerza que frenará a Vox” en zonas catalanohablantes, atrayendo a votantes descontentos con el españolismo.
Con las encuestas pronosticando un crecimiento sostenido de Aliança Catalana –que ya irrumpió con dos escaños en 2024 y aspira a más–, estas críticas directas parecen buscar consolidar su espacio propio en el voto independentista de derechas, capitalizando el declive de Junts y diferenciándose nítidamente de Vox. Aragonès augura que su partido “no parará de crecer”, posicionándose como alternativa al “consenso catalanista” tradicional y al centralismo que atribuye a la formación de Abascal.
