En una columna publicada en ABC, el periodista Salvador Sostres informa que los vecinos de un edificio de la calle General Mitre de Barcelona han denunciado las constantes fiestas nocturnas en el ático propiedad del futbolista Ansu Fati. Las celebraciones se extienden, según el texto, hasta bien entrada la madrugada y han motivado múltiples intervenciones de la Guardia Urbana.
Pese a las advertencias y sanciones, los vecinos aseguran que las fiestas persisten, y que los asistentes apagan la música cuando detectan la presencia policial para evitar multas adicionales.
Obras interminables y mala influencia
Sostres también señala que Fati realizó obras importantes en el ático durante un año y medio —incluyendo presuntamente la instalación de un jacuzzi— sin contar con la aprobación de la comunidad de vecinos. A posteriori, la frecuencia de las fiestas no dejaron de sucederse.
El columnista subraya que la comunidad de vecinos es “culer” y que está decepcionada con el comportamiento del jugador, al que antes admiraba con entusiasmo.