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Sánchez y Ábalos, retratados: los WhatsApp filtrados que sacuden al PSOE

Se destapan mensajes directos entre el Presidente y su exministro que revelan insultos a barones, pactos internos y una amistad política que resurge tras el cese

El exministro José Luis Ábalos en una imagen de archivo.

Una filtración explosiva ha puesto al descubierto conversaciones privadas por WhatsApp entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos, en las que se revela el tono real con el que el presidente del Gobierno se refería a algunos dirigentes de su propio partido y la sintonía estratégica que mantenía con el entonces ministro de Transportes. El contenido, publicado en exclusiva por El Mundo, ha desatado un nuevo terremoto político en plena resaca del caso Koldo.

Narcisismo en vena


Los mensajes, fechados entre 2020 y 2023, reflejan cómo Sánchez daba instrucciones a Ábalos para controlar a los dirigentes socialistas díscolos, como Emiliano García-Page o Guillermo Fernández Vara. En uno de los textos, el presidente califica de “impresentable” a Fernández Vara y ordena a Ábalos que le “dé un toque”. Otro mensaje menciona directamente a García-Page, instando a que “deje de tocar los cojones”.

Más allá de las descalificaciones, los chats revelan una relación política marcada por la complicidad, incluso tras el fulminante cese de Ábalos en 2021. Aunque tras su salida del Ejecutivo hubo meses de silencio, Sánchez retomó el contacto a finales de ese año con un mensaje de apoyo ante los escándalos mediáticos que empezaban a rodear al exministro: “Te escribo para trasladarte mi solidaridad ante los infundios que, por desgracia, estamos viendo en los medios”.

Comunicación fluida

Desde entonces, ambos mantuvieron comunicaciones periódicas, con intercambios de mensajes amistosos, felicitaciones y comentarios sobre la actualidad política. Esta reapertura del canal personal ha despertado sospechas en la oposición, que acusa a Sánchez de haber protegido a su antiguo colaborador a pesar de los indicios que ya pesaban sobre su entorno.

Desde el Partido Popular, la secretaria general Cuca Gamarra ha asegurado que “Sánchez lo sabía todo y lo tapó”, en referencia a las ramificaciones del caso Koldo. Por su parte, Emiliano García-Page, uno de los barones más aludidos, ha lamentado el tono de los mensajes y ha recordado que “queda claro que aquí no hubo ningún teatrillo, eran uña y carne”.

Ahora sí: filtrar conversaciones es «muy grave»

El Gobierno, por su parte, no niega la autenticidad de los mensajes, pero ha centrado su preocupación en la filtración. El ministro Óscar López ha calificado de “muy grave” que se publiquen conversaciones privadas del presidente y ha pedido una investigación para depurar responsabilidades.

Mientras tanto, en Ferraz reina el silencio. Pero puertas adentro, el malestar crece. Las palabras de Sánchez —ahora públicas— dejan poco margen para la ambigüedad: ni son de cortesía institucional ni de estrategia partidaria. Son, simplemente, la voz del poder sin filtro.

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