El Ejecutivo se baja del burro. Tras semanas de ambigüedad, el Gobierno de España ha descartado oficialmente que el apagón fuera causado por un ciberataque. Sara Aagesen, ministra de Transición Ecológica, ha declarado hoy en la sesión de control del Congreso que el incidente se originó por «desconexiones por sobretensión» que provocaron una caída en cascada de la red eléctrica, con focos iniciales en el sur del país.
Borja Sémper a Sara Aagesen: "Ante el mayor apagón de la historia de España sus explicaciones han sido lamentables. No aportó información y sí mucha desinformación. ¿Saben ya por qué España se fundió a negro?" pic.twitter.com/LPFWxizViO
— EL ESPAÑOL (@elespanolcom) May 14, 2025
La confirmación llega tras un período de indeterminación calculada, en el que el Gobierno ha evitado desmentir categóricamente una de las pocas hipótesis que le exhime de responsabilidad. La demora parece más bien un intento de eludir responsabilidades sobre posibles fallos en la infraestructura o en la respuesta a la crisis.
Aunque el Ejecutivo asegura que trabaja en medidas para prevenir futuros incidentes, no se han precisado responsabilidades ni detallado planes concretos para reforzar el sistema. Esto reabre el debate sobre la resiliencia de la infraestructura energética española, en un contexto de «transición hacia fuentes renovables y mayor digitalización». Mientras tanto, España sigue inmersa en la cruzada de Sánchez contra la nuclear.
Lo que se necesitan son explicaciones detalladas sobre las causas técnicas y medidas efectivas para garantizar la estabilidad del suministro eléctrico en el futuro, y si este es lo suficientemente resiliente para hacer frente a las ensoñaciones de la progresía nacional. Todo lo demás, dentro del electoralismo, poca incidencia tiene en los intereses de los ciudadanos.