Donald Trump protagoniza, de nuevo, los esfuerzos internacionales por resolver la guerra entre Rusia y Ucrania a raíz de la invasión. Como es habitual en su estilo comunicativo, el presidente ha compartido a través de redes un comunicado en el que detalla una reciente conversación telefónica «de dos horas» con Vladimir Putin. Trump es tajante: las negociaciones para un alto el fuego y el fin de la guerra han comenzado «inmediatamente» tras este gesto y se muestra optimista para la resolución.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 19, 2025
«Las condiciones del acuerdo las han de negociar exclusivamente Rusia y Ucrania». Trump se desmarca así de incidir en los concretos de las negociaciones y lanza el mismo mensaje al resto del mundo: no hacer valer agendas propias o personales en la resolución de un conflicto ajeno. El tono de su mensaje es optimista e insiste en qué Putin es el primer interesado en acabar con la guerra. Como aliciente añadido, afirma que una vez el conflicto termine, tanto Rusia como Ucrania podrán ser sujetos de beneficiosos acuerdos de comercio entre sus respectivos países y Estados Unidos, asegurando prosperidad en Rusia y reconstrucción en Ucrania.
Europa, como ha venido siendo habitual a lo largo de todo el conflicto, brilla por incomparecencia. El rol del continente sigue limitándose a declaraciones y retórica con nula incidencia, tal y como pudo constatar Zelensky tras su gira europea en busca de apoyos ajenos a Trump. Tras 3 años de guerra a las puertas de nuestras fronteras, ha sido necesaria la implicación directa americana para iniciar un proceso de paz. La relevancia geopolítica de la UE queda así de nuevo en entredicho, demostrando un nuelo poder de influencia como agente internacional.