Sil2025
Sil2025
Sil2025

Pobres con gafas gratis

Pobres con gafas gratis
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez, en un acto del PSOE.

El Gobierno más social de la historia no defrauda. Hoy, la lucha se centra en la «pobreza visual». Con 48 millones de euros, el ejecutivo promete a través del Plan Veo beneficiar a más de 50.000 jóvenes menores de 16 años sufragando sus gafas o lentillas, previa prescripción. Si bien las motivaciones en si no parecen perniciosas -al fin y al cabo, ¿qué tiene de malo el gasto social y la ayuda a los vulnerables?- el trasfondo de la medida esconde una notable perfidia. El plan es un síntoma. Un síntoma de la pobreza estructural del país, de la caída en el poder adquisitivo de las famílias y la deficiente gestión estatal. «Eres más pobre que nunca, pero tranquilo, que le compramos las gafas a tu chaval».

La lógica es implacable. La presión fiscal -es decir los impuestos- alcanza el 38,7% del PIB, una de las más altas en décadas. La inflación devora a pasos agigantados el poder adquisitivo de las famílias y la no actualización de las escalas del IRPF al aumento de precios -jugada maestra del socialismo- hace que los españoles paguen más impuestos aunque ganen menos en términos reales. Ni hablemos de la generación de riqueza; el aumento de las cotizaciones para autónomos y la falta de incentivos fiscales ahuyentan la inversión y frenan el emprendimeinto. El resultado es un sector privado estancado, con un crecimiento del empleo del 1,8% frente al 3,2% de un «empleo» público que fagotiza los recursos estatales y falsea al alza los datos macroeconómicos, fundamentados en la deuda y el crecimiento deficiente. ¿La respuesta del Gobierno? Subvención. O lo que es lo mismo; subordinación. Convertir a los ciudadanos en súbditos dependientes, incapaces de tirar palante sin las transferencias del Estado. La anulación total de la autonomía, esclavizándote de facto al partido que te pagará el sustento. No son ayudas; son grilletes.

Nada es casual. Este ciclo de dependencia asegura que las familias, cada vez más atadas a las ayudas sociales, sigan apoyando a quienes les «resuelven» problemas que el propio sistema agrava. Es un secuestro del voto disfrazado de altruismo. Los ciudadanos no necesitan que les paguen las gafas a sus hijos, necesitan un respiro fiscal. Un retorno efectivo de los impuestos en servicios, no para el crecimiento de la red clientelar estatal. Desarrollárse en un ambiente competitivo y de oportunidades, no perder el culo por opositar. Este falso crecimiento tiene un límite, y las aguas indican que lo estamos a punto de alcanzar. Y eso señores, no va a haber subvención que lo pueda arreglar.

Guillem Espaulella
Guillem Espaulella
Politòleg per la Universitat Pompeu Fabra.

NOTICIAS RELACIONADAS

Sil2025
Sil2025

Opinión