Gabriel Rufián ya no esconde su flirteo con la izquierda española. El portavoz de ERC ha generado un revuelo de esos que solo se dan en el seno del procecismo catalán tras su sentida defensa al socialista Patxi López durante el tenso pleno celebrado esta semana en el Congreso. ¿El flanco de las críticas? “Blanquear al PSOE y olvidar su compromiso con la causa independentista». Se ve que lo había tenido.
Rufián reprendió con mucha dureza -y alguna dosis de posverdad- a la derecha por sus «ataques» a López, diputado del PSOE, a quien defendió destacando su trayectoria y «valentía» durante los años más duros del terrorismo de ETA. “Lávense la boca antes de hablar de gente como Patxi López«, espetó Rufián -con alto grado de soberbia-, generando un sonoro revuelo -como es ya habitual como tónica general del Congreso, por otra parte-.
La izquierda estatal, claro, aplaude. Por contra, sus palabras no han sentado nada bien a los independentistas –ya saben, quienes le votan-, que ven en la defensa de López una traición al «compromiso soberanista».
En redes no se ha escatimado en reproches de militantes y simpatizantes de la causa catalana, rechazando su postura y recordando episodios como el 155 o la «judicialización del procés«. Siguiendo la línea de esta última legislatura, cada vez más votantes le reclaman que abandone su escaño.
La polémica pone de maifiesto un secreto a voces; Rufían quiere fichasr por la izquierda española. Falta por ver en qué formación. El político es repudiado por gran parte del electorado republicano, y fue duramente reprendido en su municipalidad natal en las elecciones locales. Poco le queda aquí.