En los municipios catalanes que carecen de policía local existe la figura del vigilante municipal. Regulada por una ley de 1991, esta figura se enfrenta ahora a un grave cambio de la delincuencia callejera al que no puede hacer frente por la falta de recursos y de formación. Así lo ha denunciado el portavoz de la Associació de Guardies, Agents i Vigilants Municipals (AGAVM), en un video publicado en X tras lo sucedido días atrás en Centelles, cuando tuvo que ser un vigilante municipal el que se hiciera cargo de la situación de peligro creada por un hombre que estaba amenazado a unos vecinos con un cuchillo de grandes dimensiones.
Sin armas ni protección
Desde AGAVM se ha recordado que estos vigilantes municipales no tienen ningún tipo de arma para afrontar este tipo de hechos. No cuentan ni tan siquiera con chalecos antibalas. Este vigilante «actuó como pudo, con los recursos que tenía, hasta la llegada de los Mossos y solo entonces, entre los tres efectivos, pudieron neutralizar y detener» al individuo. «Somos un colectivo», ha añadido el portavoz de la asociación, «que, por imperativo legal, tenemos que hacer frente a este tipo de situaciones cada día».
AGAVM ha denunciado cómo la Generalitat «menosprecia» a estos vigilantes y a las más de 500.000 personas que residen en municipios en los las funciones de las policías locales las cumplen estos trabajadores. «Son ciudadanos que pagan religiosamente sus impuestos pero que, en materia de seguridad, son tratados como ciudadanos de segunda«, ha subrayado el portavoz de AGAVM. Y ha añadido: «Se nos prohíbe el acceso a armas. También a defensas extensibles o a las llamadas armas no letales, como la taser. Y la Generalitat amenaza o coacciona a nuestros ayuntamientos iniciando contenciosos administrativos».
«Hechos supuestamente aislados»
AGAVM ha explicado que en los últimos meses estos vigilantes municipales han tenido que afrontar situaciones de inseguridad para las que carecían de los medios necesarios y del respaldo jurídico adecuado. Así, ha puesto como ejemplo casos sucedidos, «hechos supuestamente aislados», en Alcover, Olivella, Òdena, Aiguafreda y Peralada, entre otros municipios que carecen de policías locales.
Desde esta asociación se exige a la Generalitat «un cambio legislativo» que reconozca a estos vigilantes como policías municipales, «con todos los derechos porque los deberes y las obligaciones ya los tienen». «Lo de Centelles no puede ser el pan nuestro de cada día», ha concluido, «queremos garantías jurídicas y armas para poder proteger a los ciudadanos y a nosotros mismos».