Trump hace amigos insospechados, también entre sus detractores. Bret Stephens, perfil relativo a ese conservadurismo moderado postulado inequívocamente contra Trump, sorprende a sus lectores del New York Times -medio de referencia para la progresía estadounidense- esta semana al admitir públicamente que la actual gestión del republicano está siendo “mucho más exitosa” de lo que él y otros opositores esperaban.
El «Never Trump Conservative» reconoce que, tras un inicio de mandato que califica de desastroso en sus primeros 100 días -tampoco es que se deshaga en elogios-, Trump ha logrado una serie de avances significativos tanto en política exterior como nacional.
Entre los logros que destaca, se encuentra el fortalecimiento de la OTAN, al lograr que varios países miembros aumentaran su gasto en defensa. Lejos de debilitar la alianza transatlántica, afirma Stephens, Trump podría pasar a la historia como quien la revivió.
También ha alabado la reciente intervención conjunta con Israel contra instalaciones nucleares en Irán, asegurando que dicha acción contribuyó a poner fin al conflicto entre ambos países sin desencadenar una guerra regional. Si quieres caerle bien a un republicano clásico, bombardea Oriente Medio, supongo. En cuanto a Ucrania, reconoce que el presidente ha rectificado a tiempo su política inicial y ahora está acelerando el envío de armas, clave para el fin del conflicto con Rusia.
En política interna, califica sus objetivos en migración de razonables. También reconoce que los acuerdos comerciales firmados con la Unión Europea y Japón han tenido mejores resultados de lo esperado.
La columna tiene, en su conjunto, un objetivo claro. Aceptar una verdad incómoda para muchos: “No todo lo que hace Trump está mal”. Poco va a hacer la oposición, venga del color que venga, si es incapaz de aceptar este punto.