Las peleas entre los operarios que reforman el Camp Nou ya no solo son frecuentes en la instalación deportiva; ahora, a tenor de un vídeo publicado en redes sociales, parecen haberse extendido también a Calella.
El encontronazo tuvo lugar en el Hotel Bon Repòs y derivó en un enfrentamiento a sillazos y puñetazos. Aún se desconocen los motivos de la riña, aunque ya se ha abierto una investigación policial.
Problemas de convivencia
Según informa El Caso, de los 2.000 trabajadores de Limak (la empresa que presta el servicio), 1.300 se alojan en la capital turística del Maresme. Desde su llegada, las trifulcas con los vecinos han sido una constante. Agresiones indiscriminadas, consumo de alcohol en la vía pública, delitos contra la seguridad vial y robos son, atestiguan, las actividades delictivas más frecuentes.
Fuentes policiales confirman que en el último año se han registrado 25 intervenciones en las que los operarios han resultado ser los protagonistas. En dos de esas actuaciones hubo detenidos: uno por acoso sexual a una trabajadora de una sala recreativa y otro por un robo con fuerza en una cafetería.
Empadronamientos
A esta mala convivencia se suma la voluntad de la empresa de empadronar a 200 trabajadores de fuera de la Unión Europea, con el propósito de que accedan al sistema público de salud cuando no se encuentren en horario laboral. Una demanda que rechazó el alcalde Marc Buch (Junts): “La ley dice que necesitan un permiso o un documento de conformidad de la propiedad del hotel para empadronarse, y no lo tienen”.
El líder neoconvergente ha subrayado que “es necesario reformar el sistema de empadronamiento, porque ya no tiene ningún sentido”. “Puede empadronarse alguien hasta en un contenedor”, denunciaba. “Una persona que viene de fuera con un contrato temporal no puede ni debe empadronarse en un hotel, no es una vivienda”, recalcó ante los medios.
Reacciones
Esta toma de postura fue reprochada públicamente por Calella en Comú, formación que acusó al consistorio de mantener “una resistencia tradicional a la llegada de extranjeros”.
Limak ha respondido a las quejas del Ayuntamiento alegando que ya han contratado a un mediador y justificando las riñas como “choques culturales”. Por su parte, el Barça insta a Buch “a cumplir la legalidad” y a empadronar a los operarios.