A pocos días de la Diada del 11 de septiembre, jornada de celebración que el separatismo catalán ha hecho suya, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) intenta calentar el ambiente con el fin de no repetir el fracaso de convocatoria de los últimos años. Y para ello la entidad presidida por Lluís Llach no ha dudado en echar mano del escandaloso acoso promovido por los separatistas contra la heladería Dellaostia, ubicada en el barrio de Gràcia. Un acoso iniciado por el republicano Guillem Roma, conseller de ERC en esta zona de Barcelona y que apuntó directamente al establecimiento por no haber atendido en catalán a su pareja.
El mensaje ha sido la respuesta de la ANC a la noticia de que el Govern de Salvador Illa no aprueba el boicot y el acoso al que el separatismo ha sometido, y sigue sometiendo, a Dellaostia y su propietario, el argentino Leandro Rincón. La portavoz del Ejecutivo autonómico, Silvia Paneque, lo ha dejado claro en una entrevista con RAC1 en la que ha asegurado que el Govenr no respalda estas «actuaciones de fuerza». «Queremos recordar», ha añadido la consellera, «que el catalán ha sido una, si no la principal, herramienta de cohesión entre catalanes».
El ‘lingüicidio’
Ante estas palabras, la reacción de la ANC ha sido la de recurrir a la amenaza: «Si existe un conflicto, es por la estrategia de lingüicidio que tiene el Estado y del que la Generalitat es cómplice. Si lo menospreciáis, os espera una protesta dellaostia«.
