2Cat no emociona a los catalanes: «un nuevo chiringuito woke»

2Cat no fa trempar. Así resumiríamos en catalán la acogida cosechada por el anuncio de RTVE. Televisión Española ha presentando en sociedad su nuevo proyecto para la televisión en catalán, con el nada despreciable objetivo de «darle competencia» a TV3 -ahora 3Cat- con mediáticos fichajes y una extensa cartelera -eso si, des de otra cadena pública y subvencionada-.

La presentación en medios ha sido también vestida de grandilocuencia. Los catalanes, pero, no parecen haber reaccionado como se esperaba, y es que si debemos tomar la acogida en redes como representativa del sentir general, la cosa no pinta bien.

La televisión no pasa por su mejor momento en Catalunya. Al menos no en términos de reputación. Ciudadanía y política la fiscalizan por igual. Unos bajo acusaciones de líneas informativas sesgadas, programación ideologizada y desconexión con el espectador. Los otros, por presuntas irregularidades y gasto desmedido. 2Cat, que podría pretender dar la vuelta a la situación, no convence ni renueva la confianza en el medio. Tampoco ayuda que sea un proyecto financiado públicamente -al final del día no deja de ser La 2. Sus primeros anuncios en materia de fichajes y programación inicial despiertan un sentimiento de «continuismo». «Los mismos pecados bajo una nueva marca», así se resume el sentir general.

Los espectadores señalan falta de renovación, abuso de rostros ya amortizados, declaraciones de principios «woke» que «hace tiempo que cansan» y una programación poco original. Al independentista no le gusta, puesto que «españoliza en catalán» promocionando la cultura estatal en su lengua. El constitucionalista ve innecesaria «más programación subvencionada en catalán» y a ambos les hace poca ilusión sufragar con sus impuestos la renovación de un canal que no van a consumir.

Guillem Espaulella
Guillem Espaulella
Politòleg per la Universitat Pompeu Fabra.

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