Los redactores de la Constitución de 1978 asumieron que el País Vasco y Navarra debían recuperar su régimen fiscal foral tradicional. Durante el franquismo ese régimen fue suprimido en Vizcaya y Guipúzcoa, pero se mantuvo en Álava y Navarra. En virtud de su Disposición Adicional Primera, “la Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales” (las tres provincias vascas y Navarra).
Con el paso de los siglos, no se sabía bien en qué consistían esos “derechos históricos” pero el caso es que el legislador desarrolló la Adicional Primera con extraordinaria generosidad. En virtud de un Concierto/Convenio pactado con el Estado, las tres Diputaciones Forales vascas y Navarra tienen plena potestad para establecer a su gusto y recaudar todos los impuestos generados en su territorio: IRPF, Sociedades, IVA, Impuestos Especiales (hidrocarburos, tabaco, electricidad…), Transmisiones y AJD, Sucesiones, Patrimonio… Tienen plena capacidad normativa y plena competencia gestora, inspectora y recaudadora.
A cambio de recaudar todo, asumen muchas competencias que se ejercían por el Estado (Policía, Prisiones, Justicia, Sanidad, Educación, Servicios sociales, Inversiones, Financiación municipal…). Y pagan un cupo al Estado para compensarle por los servicios no transferidos que sigue prestando el Estado.
A cuánto asciende el cupo vasco y la aportación navarra
El cupo vasco actual está fijado para el quinquenio 2022-2026. Su importe anual asciende a 1.468 M. En el próximo año 2026 habrá que fijar el importe del cupo para el quinquenio 2027-2031.
El cupo navarro (la aportación) está fijado para el quinquenio 2020-2024. Su importe anual asciende a 778 M. Está pendiente de fijar el importe para el quinquenio 2025-2029.
A cuánto asciende el importe de los servicios del Estado no transferidos
El cupo vasco y la aportación navarra se fijan para pagar al Estado la parte que les toca del coste de los servicios del Estado no transferidos.
¿Cuáles son esos servicios no transferidos y cuál es su coste? Veámoslo, con cifras estimadas para el total del país en este año 2025.
1.Aportación del Estado a la Seguridad Social por el déficit de las pensiones: 45.000 M. Creciendo.
2.Pensiones de funcionarios (Derechos Pasivos): 24.000 M.
3.Defensa. Tomando el 2,1% del PIB 2025: 35.000 M. Creciendo.
4.Intereseses de la Deuda Pública: 40.000 M. Creciendo.
5.Hay otras partidas importantes: Fondos de compensación inter-territorial, Inversión en infraestructuras esenciales del Estado, Fomento de la actividad económica, Aportación del Estado a la UE y Organismos internacionales, Asuntos Exteriores y Cooperación, Estructura central de los Ministerios, Órganos constitucionales, Fondo de Contingencia… Tirando muy por lo bajo, evaluamos estas partidas en 20.000 M.
Así, el coste total en 2025 de los servicios no transferidos es 164.000 M.
Vamos a excluir el importe del déficit pues es un importe que, de momento, no paga nadie. Con un 3% de déficit 2025 ese importe es 51.000 M.
En consecuencia, el coste real en 2025 de los servicios no transferidos asciende a 113.000 M.
Cuánto le toca al País Vasco y Navarra
Imputaremos esos 113.000 M al País Vasco y Navarra en función de la población. (Si lo hacemos en función del PIB la imputación es mayor).
1.El País Vasco, según la población a 01.07.2025, representa el 4,55% del total. En consecuencia, debería pagar el 4,55% sobre 113.000 M = 5.141 M.
Su pago real es 1.468 M: le falta por pagar 3.673 M anuales.
2.Navarra representa el 1,39% de la población total. Debería pagar el 1,39% sobre 113.000 M = 1.571 M.
Su pago real es 778 M: le falta por pagar 793 M anuales.
Conclusiones
1.El régimen fiscal del País Vasco y Navarra es un privilegio exorbitante, basado en unos nebulosos derechos históricos, carentes de justificación en los tiempos actuales y sin parangón en el mundo. Ni los estados de EEUU ni los Lander de Alemania tienen nada parecido. Su mantenimiento por la Constitución fue un error. Y está generando imitadores en ERC y Junts, que quieren profundizar en la irracionalidad, el privilegio y la insolidaridad.
Es probable que los legisladores de 1978 pensaran que con este régimen fiscal se acabaría el terrorismo. Se equivocaron de lleno.
2.Aún aceptando el régimen de Concierto, resulta una tomadura de pelo que el cupo vasco se venga calculando hasta ahora en cifras escandalosamente ridículas, producto de oscuras negociaciones políticas y con una metodología incomprensible y opaca. A cambio del apoyo de los diputados vascos en el Congreso, tanto el PP como el PSOE son llevados al huerto en este tema. Impresentable.
3.Con unas estimaciones muy a la baja, el País Vasco debería pagar 3.673 millones anuales más. Y Navarra 793 millones anuales más. Total: 4.466 M hurtados al resto del país. Y eso sin computar ninguna aportación a la solidaridad (País Vasco y Navarra son la 2ª y la 3ª en el ranking de PIB per cápita).
Hay otros detalles técnicos que hacen que la tomadura de pelo sea aún mayor. No los detallamos para no complicar este artículo. Hacienda sabe lo que esto nos cuesta y es mucho más.
4.Esta situación es insostenible. Es como si en una comunidad de vecinos un propietario paga la tercera parte de la cuota. Y nadie le llama al orden.
5.Si todas las autonomías tuviesen un régimen fiscal y un cupo como el vasco, el Estado recibiría 32.000 M. No cubre ni el presupuesto de Defensa. No se podrían pagar los intereses de la Deuda. Y quebrarían las pensiones.
Con los 1.468 M de cupo vasco no se cubre ni el déficit en pensiones vascas.
6.Actualmente está pendiente de calcular el cupo navarro para el quinquenio 2025-2029. Y en 2026 deberá calcularse el cupo vasco para el quinquenio 2027-2031. Es el momento de hacer bien las cuentas, poner fin a este atropello y restaurar el sentido común.
Pero, vistas las necesidades de Pedro Sánchez, nos tememos lo peor. El progresismo obliga a mantener el cupo como está.