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Triología en Nueva York (III): La ciudad contra el balneario guarro

Triología en Nueva York (III): La ciudad contra el balneario guarro
Triología en Nueva York (III): La ciudad contra el balneario guarro

Hay un ritmo, que es básicamente lo que se ve en Manhattan, que nos desnuda y se nos ven todas las vergüenzas. Dicen desde hace tiempo que Nueva York está en decadencia, que China y las ciudades que allí hay están pintándole la cara a los Estados Unidos y que el centro del mundo, donde las cosas pasan, ha virado al este. Es posible que así sea, pero en Nueva York todo el mundo camina con una prisa que dan ganas de ponerse a trabajar. El tráfico es caótico porque hay prisa, recuerda a Nápoles, pero en rico. Veo a estos tipos que pedalean vendiendo tours por la ciudad y viendo lo que cargan por hora me pregunto lo que pueden llegar a ganar. Hasta hay anuncios en Times Square contándolo como si fueran empresarios. Hasta el más pringado gana más “cuartos” que nosotros. De estos, que en Barcelona también los tuvimos, Albert Batlle dijo que no eran nuestro modelo y que estamos por encima (toca’t els ous). Me contaba hace poco un amigo que tiene conocidos que trabajan en puestos top tier de las big four en Madrid y que para lo máximo que les da el sueldo es para pagar el alquiler de un piso de 70 m2 en los mejores barrios de la capital. Gente que está en el 1% de las personas que más ingresan por su empleo. Así estamos.

No sé exactamente como les irá a los ciudadanos de Nueva York, pero es más que evidente que tienen clarísimo que están allí para trabajar cuanto más mejor y así poder subir de nivel de vida. ¿Y nosotros que? Pues nosotros decidimos hace ya mucho tiempo que Barcelona fuera el jardín de la residencia de mi tía abuela, muy bonito, pero donde no pasa nada. Es triste ver el contraste entre una ciudad y la otra, es triste ver la mentalidad barata que tenemos todos. Y cuando digo todos me refiero literalmente a todos, y no sólo los que decidieron poner a ese insulto a la limpieza que lleva por nombre Ada Colau. Tanta grandilocuencia para conseguir que las calles olieran peor que nunca. Collboni no es mejor, y así nos tiene la fachada del ayuntamiento, pintada con la ocurrencia del momento. Aún recuerdo escuchar decir a un barcelonés con ilustre apellido burgués que votarle era voto útil. Imagínate los que votaron a Sirera porque lo veían como lo que siempre ha sido, pero, en cualquier caso, ¿alguien piensa que Trias lo haría mucho mejor? Ya sé que ahora todo indica que en Nueva York pondrán de alcalde a un crío (¿se le puede describir de otra forma?), pero siguen siendo una sociedad que entiende para que existen las ciudades, y nosotros un balneario que además está guarro.

¿Y a qué se dedican nuestras mejores mentes? Pues a hablar de Eva Piquer y a tirarse los platos por encima de unos a otros. Escribía Anna Grau un artículo defendiendo a Piquer y atacando a Dedéu y Sostres. Más que un texto era un torrente de emociones. Total, para acabar llamando a Dedéu acomplejado y a Sostres, feo. Anna, a mi me parece muy bien que quieras defender a tu amiga, pero mira que hay temas para meterte con ambos que no son su forma de escribir y su físico. Hay poquísima gente que intenta expandir los límites de la conversación (tú estás entre esas personas) y atacarles por ello, habiendo material de sobra en otras cuestiones, es cuanto menos poco original. Quedaba para cerrar esta serie de artículos una última pieza, esta, en que pensaba exponer los contrastes entre Nueva York y Barcelona. En cambio, tengo que estar hablando de estas cosas. Esto es lo que nos toca vivir.

Si quieres meterte con Bernat es tan fácil como criticar que a su edad vaya en pantalones pitillos y se tiñera el pelo de amarillo. Podrías preguntarle si realmente no tenía mejor cosa que hacer que escribirle un artículo, o varios, a Eva Piquer y se desentendiera por completo del Ateneu Barcelonès, abandonándolo a la gente que lo ha estado pilotando los últimos diez años y que tan poco, poquísimo, interés tienen por la libertad y la libre circulación de ideas.

Y si querías meterte con el mejor articulista de Catalunya, francamente, esperábamos que pudieras llamarle algo más que feo. Yo no sé con que criterio alguien que ha estado con Sánchez Dragó pueda criticar según que cosas, pero si todo lo que hay por decir de Sostres es que se mete con alguien porque folla poco es que vamos realmente perdidos. Precisamente el problema de Sostres es que folla demasiado. De hecho, folla tanto que el filtro lo ha desgastado de tal manera que ya no cumple su función, y nos encontramos con un señor que le dejó su mujer por su total desinterés en ella y que abusa de su posición de escritor para aprovecharse de la gente que se le acerca y succionarles el alma y otras cosas (por lo que tengo entendido, impecables succiones). Todo esto mientras va dando discursos sobre la generosidad. Quina barra!

Yo, Anna, de verdad te lo digo, tú que tienes carácter y más tiros pegados que yo: No sería mala idea que te acercaras a él e intentaras hacerle entrar en razón. Porque créeme, si la cosa continúa declinando de este modo, tendremos que acabar agradeciéndole a Ada Colau que sacara los delfines del zoo.

Quim Boldú
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Quim Boldú, profesional del sector turístic

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