El Banco de España ha lanzado una señal de alarma sobre el creciente desequilibrio entre la creación de hogares y el ritmo de construcción de vivienda. Según su último informe, en el último año se formaron alrededor de 190.000 nuevos hogares, mientras que solo se terminaron unas 100.000 viviendas, lo que vuelve a abrir una brecha que ya se arrastra desde hace varios ejercicios y que el supervisor cifra en un déficit acumulado de unas 700.000 viviendas desde 2021.
Este desajuste está ejerciendo una presión directa sobre los precios, tanto en compra como en alquiler. El propio organismo constata que las tensiones ya se traducen en incrementos notables del valor de los inmuebles y del coste de arrendar, especialmente en las grandes ciudades y áreas metropolitanas, donde la demanda se concentra con mayor intensidad.
Una parte clave del aumento de la demanda de vivienda tiene que ver con la dinámica demográfica, y en especial con el saldo migratorio positivo registrado en los últimos años. España ha recibido un flujo constante de población extranjera, que se suma a la reducción progresiva del tamaño medio de los hogares, la emancipación tardía pero creciente y el aumento de personas que optan por vivir solas. Todo ello incrementa la creación de «hogares» que necesitan una vivienda a un ritmo muy superior al crecimiento natural de la población.
A estos factores se suma un problema estructural de oferta: falta de suelo finalista, lentitud en la concesión de licencias, costes de construcción elevados y una rentabilidad promotora en España notablemente inferior a la de otros países europeos. Aunque las viviendas iniciadas han aumentado, el ritmo sigue siendo insuficiente para cubrir la demanda real.
El Banco de España advierte que, de no corregirse este desequilibrio, el acceso a la vivienda continuará deteriorándose, con efectos en la movilidad laboral, la cohesión social y la estabilidad macroeconómica. El mercado, señala, muestra vulnerabilidades crecientes, aunque todavía lejos de los extremos previos a la crisis de 2008.
El supervisor pide acelerar la oferta, facilitar la promoción y revisar los cuellos de botella urbanísticos para reducir una brecha que ya condiciona la evolución económica del país.




